La
icónica marca de los cuatro aros Audi, a principios de los años ochenta marcó
un antes y un después en la industria automotriz al presentar en el Salón del
Automóvil de Ginebra un automóvil con tracción en las cuatro ruedas bautizado
como Audi Quattro.
Este innovador proyecto de Audi, dirigido por Walter Treser, comenzó en 1977
denominado internamente como 262, y estuvo inspirado en el vehículo del ejército
alemán, el Volkswagen Iltis.
Con ADN de rally, el Audi Quattro mostraba sobre su carrocería detalles
deportivos de estilo coupé con un motor de cinco cilindros de 2.2 litros que
era capaz de generar una potencia de 200 caballos de fuerza y 210 lb-pie de
torque e integraba una transmisión manual de cinco velocidades.
La tracción de Audi Quattro estaba compuesta por tres diferenciales
independientes. El primero, era central y se encargaba de distribuir potencia
en los dos ejes (que eran huecos) mediante otros dos diferenciales. Este perfecto
trabajo de ingenieria ayudó a que el tamaño de la caja de cambios fuera igual a
la de un auto normal.
El perfecto diseño mostrado en el exterior estaba acompañado de faros de niebla
y rines de aleación de 15 pulgadas. Mientras que en el interior, continuaba con
la línea del exterior con un par de asientos deportivos.
El éxito de Audi Quattro motivó a los de Ingolstadt a mejorar el desempeño de
este simbólico auto y en 1984 salió al mercado una versión más poderosa de 302
caballos llamada Sport Quattro.
Para 1985, Sport Quattro S1 alcanzaba los 470 hp y los 100 km en 3.1 segundos.
La historia de este revolucionario e inspirador automóvil se comercializó hasta
1991.
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