Robert Eggers tiene ansias de sangre, pero aún no posa sus
colmillos definitivamente en Nosferatu.
El cineasta estadounidense aclaró que, aunque se trata de un proyecto
largamente anhelado, aún no puede confirmar que hará el remake de la icónica y
centenaria película de vampiros de Friedrich Wilhelm Murnau.
«Sólo puedo decir que hay rumores, y en lo demás, ser elusivo. Muchas
veces la realización o no de las películas está fuera de mi control»,
aseguró en entrevista el director (El Faro, La Bruja).
De acuerdo con diversos medios estadounidenses, el proyecto, de realizarse,
tendría a bordo a los actores Willlem Dafoe y Anya Taylor-Joy.
Eggers, quien considera Nosferatu como una de las cintas que
más impacto han tenido en su vida, confirmó una salida del hipotético filme: el
cantante Harry Styles.
«Debo decir que Harry Styles iba a interpretar el papel de Jonathan
Harker, no el vampiro, en caso de que alguien esté confundido».
Adaptación no oficial de la novela «Drácula», de Bram Stoker, Nosferatu es
una de las películas más influyentes de todos los tiempos.
Su protagonista, Max Schreck, ofreció una interpretación de tal impacto que, en
1922 y años posteriores, corrió el rumor de que el actor era en realidad un
vampiro.
La idea fue llevada a la pantalla en el 2000, con The Shadow of
the Vampire, donde el cineasta E. Elias Merhige ficcionaliza el rodaje
del Nosferatu de Murnau.
En 1979, el realizador Werner Herzog estrenó Nosferatu: El Vampiro remake
del filme seminal que, aunque fue aclamado por la crítica, no complació del
todo a Eggers.
«La interpretación de Klaus Kinski como el vampiro es fuera de este mundo.
Y la película tiene momentos sublimes. Pero estilísticamente, por la cámara y
la iluminación, no es de lo más atmosférico o terrorífico.
«De hecho, mis partes favoritas no tienen terror, como cuando el actor
Bruno Ganz va camino del castillo. Es totalmente herzogiano, pero no sé si era
la mejor manera de filmar esa secuencia».
