ALEJANDRO ROMAHN, AMIGO DEL BALÓN

ALEJANDRO ROMAHN, AMIGO DEL BALÓN

·       El domingo 19 de febrero falleció Alejandro Romahn, a los 73 años.

 

Por Héctor Larios Proa

Que bonito es jugar futbol con un compañero que sepa, el futbol es fácil, es un dialogo de amigos con el balón, así lo platicamos algún día con nuestro amigo Alejandro Romahn, ex jugador profesional que destacó en los años setentas.

Alejandro un zurdo diferente, pegado a la banda, no necesitaba driblar e ir a la línea de fondo para asistir a su centro delantero, su secreto era tener fija la mirada en el balón, habilidad que se logra con el buen manejo de los perfiles.  Esto le permitía estar atento, y aprovechar el timming de la jugada para encontrar el espacio de recepción. Salía antes que nadie a la cita con el esférico, tenía preparada su decisión, asistir o definir. Sin ser un extremo habilidoso y veloz, rompió el modelo de la posición.

Jugaba en las inferiores del Club Universidad, dirigidas por el “Tapatío” Meza, en el norte del antiguo Distrito Federal. Fue el viejo Miguel Marín quién lo invitó al Atlético Español, ganándose un lugar poco a poco. Desde el otro lado de la ciudad llegaba a los entrenamientos con otro compañero, por lo que les apodaron los fifís de Satélite. Romahn, solo reía, jamás se enojó por alguna broma que le hicieran, sobreviviendo así a un ambiente a veces hostil. 

Se ganó la titularidad cuando Dagoberto Moll, le instruía hacer una diagonal de la banda al área. “Debes llegar a rematar”, le decía entrenador uruguayo. Movimiento inusual, que le valió ser líder goleador de la temporada, además fue nominado a los premios Citlali, también fue sub campeón con los “Toros” del Atlético Español.

Siempre pensando en el gol, no dudaba a la hora del remate, un gol épico fue aquel contra el León cuando filtra un balón al área enemiga, llega barriendo Manuel Manzo, el balón rebota en un defensa y Romahn se barre para alcanzar el balón y rematar, su tiro pega en un poste y queda a la deriva. Ale, tirado en el césped se arroja para conectar de cabeza, ante la entrada criminal de uno de los hermanos Razo que pateó en la cara al delantero. Gol de Alejandro Romahn, que tendido se cubría la cara con las manos, tiene que levantarse rápidamente para detener a sus compañeros que querían abrazarlo para festejar. Mientras, él solo gritaba, no me toquen, no me toquen

Sangre, dolor, hinchazón, fractura de nariz y gol.

El peso de Romahn en el esquema del Atlético Español era grande, la prueba fue que la siguiente jornada, su racha goleadora era vital, saltó a la cancha de titular con una máscara protectora en el rostro pegada con tela adhesiva. En la narración de aquel partido “Ángelgrito” Fernández lo bautizó como “Fantomas”, aludiendo al personaje de los comics de la época.

Formó parte de una delantera letal, al lado de Muñante, Alejandro Romahn, eran las alas del Atlético Español con su goleador Brandón, y las genialidades de Manuel Manzo le daban profundidad y contundencia al equipo capitalino.

Romahn, hombre educado, muy educado, serio, capaz de adaptarse a cualquier medio sin comprometer su estilo de vida, no bebía alcohol ni fumaba. Mientras otros pedían una cerveza o una copa, él prefería una malteada de fresa. Se integraba al grupo sin problema, no decía malas palabras, difícil encontrar en el futbol un hombre de sus características. A lo largo de su carrera no tuvo problemas, su conducta fue ejemplar.

En un partido contra Tampico, tuvo un duelo por la banda con el defensa lateral, quien corría y corría de área a área. Alejandro lo hacía correr más, en una de tantas, el lateral le entra por detrás de forma artera   en el área chica, lastimándolo. Cuando todos pensaban que se levantaría para insultarle o golpearlo, nuestro amigo: agitaba sus manos reclamando al tiempo que le gritaba: maldito, desgraciado, ¡Te odio! Esas eran sus malas palabras.

Siempre respetuoso de las formas y sus palabras, nos demostró cómo debe comportarse un profesional del futbol.

Su meteórico ascenso le hizo llegar rápidamente al América, a la siguiente temporada75-76, levantó el trofeo de campeón. Fue llamado a la selección nacional, vistió la camiseta verde en dos partidos internacionales. Fue contratado por el FC Laguna una temporada, para regresar a toriles con los toros del Atlético Español, dos años más y finalizar su carrera con Puebla.

Alejandro nunca dejó el futbol, corría por la banda izquierda todos los sábados a las 7 de la mañana con sus amigos de siempre, durante muchos, muchos años.

Ahora corre por los cielos en busca del gol. Descansa en paz, querido Romahn. 

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