La
congresista republicana Liz Cheney (Wyoming), ex miembro del liderazgo de su
partido en la Cámara Baja, acusó a los líderes de su bancada de permitir la
propagación del nacionalismo blanco, luego de que un tirador que creía en
ideología racista mató a 10 personas en un supermercado en Buffalo, Nueva York,
el sábado.
«El liderazgo republicano en la Cámara ha permitido el nacionalismo
blanco, el supremacismo blanco y el antisemitismo», escribió Cheney en su
cuenta de Twitter.
«La historia nos ha enseñado que lo que empieza con palabras termina mucho
peor. Los líderes republicanos deben renunciar y condenar estos puntos de vista
y a quienes los sostienen».
Su declaración se produjo cuando los republicanos en el Congreso rechazaban con
enojo las acusaciones de que su lenguaje y sus acciones han perpetuado el tipo
de racismo que aparentemente estuvo detrás de la masacre.
Sin embargo, hasta esta mañana, ninguno de ellos se había pronunciado en contra
de la «teoría del reemplazo de blancos» que motivó los asesinatos, o
del nacionalismo blanco que sustenta.
Algunos legisladores republicanos han promovido abiertamente el nacionalismo
blanco. En febrero, los representantes Marjorie Taylor Greene (Georgia) y Paul
Gosar (Arizona) participaron en una conferencia organizada por Nick Fuentes, un
supremacista blanco.
El congresista Kevin McCarthy (California), líder de la minoría republicana en
la Cámara, finalmente calificó sus acciones como «espantosas e
incorrectas», pero no los reprendió ni castigó formalmente.
Aunque los principales republicanos han sido menos abiertos que algunos de sus
colegas de extrema derecha, muchos de sus ataques hacia los demócratas apelan a
agravios raciales y éticos y comparten temas con la teoría del reemplazo, la
cual postula que las élites occidentales, algunas veces manipuladas por los
judíos, quieren reemplazar y desempoderar a los estadounidenses blancos.
Gran parte del enfoque a raíz del tiroteo se ha centrado en la congresista
Elise Stefanik, quien representa un distrito en el norte de Nueva York y quien
reemplazó a Cheney el año pasado como la Número 3 de los republicanos en la
Cámara Baja.
Stefanik ha impulsado la afirmación falsa de que los demócratas estaban
planeando legalizar a los migrantes indocumentados en Estados Unidos para
reemplazar a los electores estadounidenses e instalarse en el poder.
En septiembre, publicó un anuncio de campaña en Facebook asegurando que lo
demócratas estaban tramando «una INSURRECCIÓN ELECTORAL PERMANENTE»
al otorgar «amnistía» a los migrantes que viven en el país sin
documentos, quienes, según su publicidad, podrían «derrocar al actual
electorado y crear una mayoría liberal permanente en Washington».
Ella y otros republicanos han acusado también falsamente al Presidente Joe
Biden en días recientes de enviar fórmula infantil a los hijos de los migrantes
indocumentados a expensas de los estadounidenses que la necesitan, en medio de
una escasez nacional.
Adam Kinzinger, representante republicano por Illinois y aliado de Cheney, dijo
que otros líderes del partido deberían rendir cuentas por las declaraciones de
Stefanik.
«¿Sabían que @EliseStefanik impulsa la teoría del reemplazo blanco? La
Número 3 de los republicanos en la Cámara», escribió.
Destacó que Cheney fue destituida del liderazgo de su partido luego que criticó
al ex Presidente Donald Trump por incitar el ataque al Capitolio el 6 de enero
de 2021.
Alex deGrasse, un principal asesor de Stefanik, calificó como un «nuevo y
repugnante punto bajo» sugerir que la congresista compartía cualquier
culpabilidad por la propagación de las creencias racistas que inspiraron al
tirador.
Stefanik, agregó, «jamás ha defendido alguna postura racista o hecho una
declaración racista».
En un largo comunicado hoy en el que denunció las «difamaciones» en su
contra, Stefanik condenó la violencia pero calló sobre las ideas de
supremacismo blanco que el tirador dijo que lo motivaron.