Durante la batalla campal
registrada el sábado en el estadio de futbol Corregidora, autoridades
estatales, municipales y cuerpos de seguridad se quedaron pasmados.
El Gobernador panista Mauricio
Kuri admitió ayer una respuesta tardía e insuficiente.
Un día después, tampoco tenían
detenidos pese a que las fotografías, e incluso nombres de algunos de los
agresores, abundaron en redes sociales apenas unos minutos después de los
ataques que con puños, pies, rodillas, palos y hasta butacas que lanzaron
sujetos con playeras del Querétaro contra aficionados del Atlas, que jugó como
equipo visitante.
Las policías estatal y municipal
no intervinieron pese a que los elementos de seguridad asignados al estadio se
mostraron pasivos y rebasados, además de que, en algunos casos, incluso le
abrieron las rejas de alambre de púas a los «barristas» locales para
que pudieran llegar a donde estaban los visitantes.
La Policía Estatal incluso
presumió el sábado fotografías de revisiones y operativos realizados en la
periferia y al interior del estadio.
«Con la presencia permanente
de nuestros elementos se desarrolla el primer tiempo en un clima de
tranquilidad y con buen ambiente en tribunas», publicó en Twitter, aunque
en las imágenes no se registró ni un sólo policía entre los aficionados.
La Secretaria de Gobierno de
Querétaro, Guadalupe Murguía, rechazó ayer hablar sobre posibles criminales
infiltrados en la pelea campal y sólo aseguró que se revisaría la actuación de
funcionarios y el contrato de comodato del inmueble con el Club Querétaro.
«No es el momento ahora de
llevar a cabo especulaciones. Si hay información al respecto (de infiltrados)
en todo esto sería muy valioso que se proporcionara a la Fiscalía con el
propósito de integrar la investigación correspondiente», indicó.
Gabriel Solares, dueño de Gallos
Blancos, dijo que el operativo quedó rebasado porque sólo disponían de 350
elementos de seguridad privada, 100 estatales y 150 municipales para un evento
multitudinario y considerado de alta peligrosidad.
Hasta ayer, la autoridad sólo
reportó la suspensión de cuatro policías y un mando de Protección Civil.
Se trata de Leonardo Flores,
director de Operación Policial; Isaac Pérez Infante, encargado de la Unidad de
Campo; Agustín Martínez, policía, Carlos Mendoza, coordinador de Eventos y
comisionado para el partido de Gallos Blancos contra Atlas, y Carlos Alberto
Toscano Mendoza, titular del Área de Gestión de Riesgos.
Además, se determinó cancelar los
contratos de seguridad que tenía la empresa G.E.S.K9 con el Club Querétaro, así
como otros cinco contratos que tenía en la entidad para diversos eventos.
La Fiscalía estatal aseguró que
las evidencias gráficas serán tomadas en cuenta en la carpeta de investigación
que se abrió por los delitos de homicidio en grado de tentativa, violencia en
espectáculos deportivos, apología del delito, asociación delictuosa y delitos
cometidos por servidores públicos.
De entre los lesionados, se
informó que 26 personas fueron hospitalizadas, de las cuales 7 ya fueron dadas
de alta y 3 están graves de salud.