El
Secretario de Gobierno, se considera que entre los aspirantes a la sucesión
presidencial es el único con posibilidades de seguir subiendo en las encuestas.
Adán
Augusto López Hernández sabe que su crecimiento es lento, de apenas ocho puntos
en los últimos meses, pero que asume como sostenido y que hacia mediados del
año que viene lo tendrá como una figura ineludible ante el grueso del
electorado.
Por su
parte, evita de momento actos de promoción propios y rechaza despliegues en los
estados con cartelería y bardas como los de Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard
que, además, entiende que pueden ser sensibles a observaciones judiciales.
Su modo
de operar del secretario de Gobernación , es solo en tierra , su campaña
promueve una continuidad de Andrés Manuel López Obrador con la sugestiva frase:
«Así estamos A gusto».
Saca
partido así del concepto de que es el más parecido al presidente entre los
aspirantes a la sucesión.
El ex
gobernador de Tabasco entiende que su gestión es su mejor campaña y en eso
también busca desmarcarse de Sheinbaum o Ebrard a quienes entiende que su
aspiración los disuade de la ocupación primordial.
Un
ejemplo: Ebrard y Sheinbaum salieron a toda velocidad a sumarse a la marcha que
López Obrador convoca para impulsar su reforma electoral. Adán Augusto no lo
dice porque entiende que su fuerza reside en que casi no haya diferencia entre
el presidente y su persona.
En
reuniones y contactos del día a día el secretario de Gobernación aprovecha para
sumar gobernadores a su proyecto y en los últimos días presume haber logrado
avales de tres que hasta hace algún tiempo le eran ajenos: Marina del Pilar
(Baja California), Rubén Rocha (Sinaloa) y Américo Villarreal (Tamaulipas). Se
suman así a ese grupo compacto original que integran Victor Manuel Castro (Baja
California Sur), Miguel Ángel Navarro (Nayarit) y Lorena Cuellar (Tlaxcala).
Estos
respaldos son elementales porque en el norte del país es donde el titular de
Segob entiende que tiene su desafío para crecer a nivel de conocimiento con el
electorado.
Adán
Augusto cree además que una carta fuerte en su favor es que él puede garantizar
la unidad de Morena de modo que sus competidores no podrían. Ha estrechado su
cercanía con Mario Delgado que, a su vez, consciente de que la chances de
Ebrard se reducen, comienza a distanciarse del canciller lo cual explica además
que, a este punto, Ebrard no tiene ningún gobernador alineado en su proyecto.