Cd.
de México 27 marzo 2022.- A pesar de haber
sido uno de sus más queridos directores, Ignacio Toscano no quiso ser velado en
el Palacio de Bellas Artes, sino en otro tipo de templo: el mítico Salón Los
Ángeles.
El fiestón con orquesta y baile que se tenía planeado para el insigne gestor
cultural, fallecido en enero de 2020, todavía no ha podido ocurrir a causa de
la pandemia de Covid-19, pero, mientras se logra llevar a cabo, ahora se le
recuerda de una forma quizá más íntima y entrañable.
A dos años de su
fallecimiento, la compañía Teatro de Ciertos Habitantes conmemora su vida y
obra con la apertura de un auténtico arcón de tesoros, la exposición
escénica El gabinete del maestro Toscano.
Los sábados y domingos, hasta el 15 de mayo, el grupo que dirige Claudio Valdés
Kuri toma una sala del Museo Nacional de Arte (Munal) para recordar al ex
director general del INBA, del Festival Internacional Cervantino, y titular de
la Secretaría de las Culturas de Oaxaca, un estado donde también dirigió el
Festival Instrumenta.
«Ahora es más significativo que nunca porque arribamos a un museo nacional
de una institución que él dirigió, y como que cobra mucho más sentido
incluso», explica en entrevista Valdés Kuri sobre la propuesta que ya se
ha presentado en la Muestra Nacional de Teatro y en la galería Terreno Baldío.
Para conmemorar a «Nacho» Toscano, quien fue un promotor inagotable
de todo tipo de artes, no bastaba limitarse a una sola disciplina, por lo que
la propuesta de Teatro de Ciertos Habitantes entrecruza las artes plásticas con
el teatro, con una exposición a partir de la cual se activa la escena.
El «gabinete» del que se habla en el título no es otro que un espacio
para mostrar la colección personal de arte de Toscano, compuesta por 120 artículos
disímiles entre sí, pero igualmente simbólicos de su concepción general de la
cultura.
«Es una colección muy ecléctica, porque no es bajo una curaduría de un
punto de vista estético, sino que está generada a partir de la amistad, la
generosidad y la solidaridad, es decir, de amistades que, en generosidad por su
ayuda, le han regalado estas obras, u obras que él compró para apoyar a
artistas que empezaban sus carreras», explica Valdés Kuri.
Se trata de una reunión de pintura, escultura, fotografía, grabado y artículos
literarios que, por sí mismos, tienen un valor museográfico innegable.
«A fin de cuentas, yo creo que, sin que fuera la intención, sí son
generaciones de artistas que han sido ya muy importantes en la vida cultural
del País, desde (Francisco) Toledo, Javier Marín, Javier Hinojosa, Carmen
Parra… Mucha gente que luego hizo grandes carreras también», apunta el
director de teatro.
Después de un trabajo en laboratorio, los actores de la compañía crearon un
«dispositivo escénico» que ocurre a partir de los diversos artículos
de la colección de Toscano.
«A través de los objetos se va contando su vida. Los objetos dan pie, como
si cobrasen vida, se citan anécdotas, es como recorrer su vida a través de sus
objetos», apunta Valdés Kuri.
Ahí está, por ejemplo, uno que lo pinta de cuerpo entero: un antiguo juego de
llaves del Palacio de Bellas Artes que los trabajadores del recinto le
entregaron cuando se concretó una de las remodelaciones más importantes del
recinto.
Fue Toscano, recuerda Valdés Kuri, quien dirigió el proyecto, a partir de los
planos originales del arquitecto Adamo Boari, para dotar a Bellas Artes de una
plaza con fuentes y una explanada, para sustituir el estacionamiento que ahí se
encontraba.
«Se cambiaron las chapas de la puerta y fueron todos los empleados de
todos los niveles del Instituto, en símbolo, a darle las llaves a él, porque
decían que a nadie más le podían pertenecer más que a él. Un gesto muy
bonito», celebra el director.
Otro artículo más, entre decenas, es la última batuta que usó el director de
orquesta Eduardo Mata, quien, a su vez, la recibió de un maestro de orquesta
oaxaqueño que le enseñó a amar la música.
«Ya esa batuta, por darte un ejemplo de un objeto, ya cuenta tantas cosas
porque no habla nada más de Nacho, sino que habla de otras conexiones»,
detalla Valdés Kuri.
El resultado final es una reflexión que no atañe sólo a Toscano, sino a la
profesión a la que dedicó su vida y que, de acuerdo con Teatro de Ciertos
Habitantes, es para cualquier audiencia.
«El proyecto también rebasó la figura de Nacho, en el sentido de que es
como un homenaje a los gestores culturales», relata el director.
«De alguna manera, es visibilizar esta figura, cómo su visión sobre el
arte o sobre la cultura, o la educación, cómo la gestan, cómo la aterrizan a un
proyecto, cómo lo hacen llegar a la comunidad; eso me ha parecido fascinante al
entrar en este universo sí conocido, pero nunca reflexionado y ponderado como
para entregárselo al público».
La obra, que se lleva a cabo a las 13:00 horas, sábados y domingos, está
incluida con el costo del boleto al Munal, pero sólo cuenta con 40 lugares
disponibles, por lo que se recomienda llegar temprano.
En lo que ocurre la fiesta de Nacho en el Salón Los Ángeles, en el Munal se le
recuerda a partir de los objetos y los afectos que amasó en vida.