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Después de los
40 años las mujeres deben ir a revisiones médicas bienalmente
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Hacer
ejercicio, no consumir alcohol ni fumar
Karen Hernández / Perla Chávez
Hoy, como cada 19 de octubre, se conmemora el Día Internacional de Lucha
contra el Cáncer de Mama. Pese a que no hay algún factor de riesgo
identificable, existen medidas preventivas que pueden disminuir la posibilidad
de presentarlo, asegura Diana Fabiola Flores Díaz, especialista en tumores
mamarios en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y egresada de la
Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con las últimas
cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2022, el
cáncer de mama es la principal causa de muerte por tumores malignos entre
mujeres. En México, en dicho año, se registraron 23,790 nuevos casos en la
población de 20 años y más. En cuanto a las defunciones, Ciudad de México
registró el mayor número de casos, con una tasa de 29.42 por cada 100,000
habitantes.
La distribución porcentual
de los fallecimientos por tumor maligno de mama en mujeres de 20 años y más,
por grupos de edad, muestra que cinco de cada 10 muertes, es decir el 51.3 %,
ocurrieron en mujeres de 60 años y más, registrando un total de 4,018 defunciones.
La baja probabilidad de
que las personas sobrevivan a este cáncer se debe a que la enfermedad se
diagnostica en etapas avanzadas y por falta de acceso a tratamientos
especializados. Se trata del tipo de cáncer que más frecuentemente se
diagnostica en mujeres, puntualiza.
Agentes que predisponen
De acuerdo con la
especialista, el cáncer en general es multifactorial –por ejemplo, se relaciona
con el envejecimiento, la obesidad, la falta de ejercicio, el tabaquismo, el
consumo excesivo de alcohol, contar con antecedentes familiares que hayan
presentado este padecimiento–, pero los principales factores de riesgo de tener
cáncer de mama son ser mujer y pasar los 40 años.
No obstante, la oncóloga
menciona que “hay otro tipo de agentes que incrementan la probabilidad de
desarrollar cáncer de mama y son conocidos como riesgos reproductivos, como el
que las mujeres tiendan a tener a sus hijos en edades más avanzadas. Se tiene
que tomar en cuenta que diferir la maternidad después de los 30 años incrementa
un 40 % el riesgo comparado con aquellas que tuvieron un embarazo a término
antes de los 20 años. Por otra parte, la lactancia materna exclusiva disminuye
el riesgo hasta en un 7 % si se mantiene al menos 12 meses”.
Síntomas de alerta
La especialista refiere
que en la mayoría de los casos detectados de cáncer de mama se percibe un
nódulo –bolitas duras parecidas a los ganglios crecidos de las anginas– que no
causa dolor en las pacientes. Señala que generalmente los que son dolorosos no
son sospechosos de cáncer. Entonces, aquéllos que no duelen y que además tienen
un crecimiento progresivo sí podrían estar relacionados con la enfermedad y se
tienen que evaluar con un especialista a través de estudios médicos.
Otro síntoma es la
secreción sanguinolenta que proviene de un solo pezón, aunque este es menos
frecuente. Del mismo modo, otras señales son el cambio de coloración en la
mama, “piel de naranja”, ganglios en las axilas o en el cuello en la región
supraclavicular –hueco que está arriba de la clavícula– y/o la retracción del
pezón. Si alguno de ellos se presenta significa que el padecimiento ya está
localmente avanzado, es decir, que el tumor ya tiene más tiempo o que incluso
ya hay la probabilidad de tener ulceraciones en la mama.
Acciones concretas
Flores Díaz explica que
mediante acciones concretas se puede disminuir el riesgo de desarrollar este
cáncer en un 40 %. Recomienda realizar ejercicio por lo menos cinco días a la
semana durante 30 minutos, tener un peso adecuado y no fumar en la adolescencia
y antes de embarazarse y limitar el consumo de alcohol, debido a que
aproximadamente 4 % de todos los cánceres de mama se relacionan con este
hábito.
En primera instancia la
experta considera que es necesario hacer exploraciones de las mamas siete días
después de haber iniciado el ciclo menstrual, y en pacientes con menopausia
elegir un día al mes, para llevar una documentación correcta de los cambios o
diferencias que se puedan observar.
“Lo primero es que se
pongan de frente a un espejo con los brazos elevados, la segunda posición es
con las manos en la cintura y también inclinarse hacia abajo, para ver algún
cambio o alguna asimetría en las mamas. La tercera posición es acostada con la
mano en la nuca de preferencia con una almohada o con un bulto en la espalda
para tratar de levantar el pecho y que se pueda revisar toda la mama en forma
circular de afuera hacia adentro. También, revisar la axila y el hueco
supraclavicular, para documentar si hay nódulos”, aclara la especialista.
En caso de encontrar
alguna anormalidad se deberá acudir con un oncólogo, quien posteriormente
pedirá estudios, como una mastografía o un ultrasonido con el propósito de
obtener un mejor diagnóstico.
Además, precisa que
después de los 40 años las mujeres tienen que asistir a revisiones médicas cada
dos años, mientras que aquellas con factores de riesgo, por ejemplo, que su
madre haya desarrollado cáncer de mama, deberán asistir desde edades más
tempranas.
Finalmente, Flores Díaz
recalca que lo más importante es “si identificas algún nódulo, debes acudir con
el médico especialista, no esperar a presentar dolor, se ulcere, crezca, se
ponga rojo o supure, porque generalmente nos quedamos con la idea de que sólo
es una bolita que no lastima, entonces no le hago caso. Se debe tener en cuenta
que entre más crezca tiene más capacidad de invadir otros tejidos”.
FUENTE:
UNAM