Por Edgar Hernández*
La visita de López Obrador a
Veracruz el fin de semana marcó una nueva ruta sucesoria para Veracruz en
donde, tras descartar a Rocío Nahle, la nueva disputa por la gubernatura será
entre Zenyazen Escobar, Eric Cisneros, José Lima y Juan Javier Gómez Cazarín.
Esta es la historia:
La cita con el gobernador
Cuitláhuac García fue el sábado a las 2 de la tarde en “Casa Veracruz”.
Asistió un grupo muy cerrado en
donde además de los arriba citados se encontraba el primo hermano, Eleazar
Guerrero, quien muy molesto abandonó el sitio del encuentro luego de que
Cuitláhuac adelantara la lista aludida en el marco de una comida.
Presentes además Carlos Juárez y
Esteban Ramírez Zepeta.
Luego de la abrupta salida de
Eleazar, Cuitláhuac, más que llamar a la unidad, la exigió, así como preparar los
tiempos sucesorios considerando que llevan mano las corcholatas nacionales
«¡Siempre en favor de Claudia!» y no chocar entre ellos ya que las
reglas sucesorias en Veracruz serán similares a la de Morena nacional, es
decir, la selección del candidato será por la vía de la encuesta.
Las viandas fueron salpicadas con
vinos y licores al estilo Fidel, mostrándose el gobernador muy satisfecho de
que el camino de la decisión sucesoria transite por lo local, fuera del ámbito
de Nahle, destacando siempre en primer término a cada cita, la candidatura a
favor de Zenyazen Escobar.
El ¡Muera la Reina, Viva el Rey!
fue el tono del encuentro, así es la política.
Para Gómez Cazarín resultó una
sorpresa doble el anuncio del gobernador ya que siempre la jugó en abierto con
Rocío Nahle y por la otra, ser incluido en la lista de aspirantes con lo cual,
al igual que en el caso de Lima, les garantiza una curul o al menos un escaño.
Mayor sorpresa, sin embargo,
representó el descarte de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien luego de
percibir semanas anteriores un gesto de simpatía de parte de López Obrador por
su trabajo en la Secretaría del Bienestar, se sintió con alas para incluirse en
la terna sucesoria y encarar al propio gobernador.
La jugada le falló, ahora va en
busca de la Senaduría.
El caso de Eleazar Guerrero fue
un juego de confusiones al permitirle el primo Cuitláhuac jugara en una primera
instancia con una asociación civil que formó, luego la integración de grupos de
interés recorriendo los 212 municipios para finalmente permitirle disponer del
dinero del erario para actos proselitistas… y la alcancía.
En realidad, el tema Eleazar
siempre fue un tema más de dinero y malversación que de metas políticas.
El caso Nahle
Rocío Nahle, quien desde 2017
cuando no tuvo más remedio que cederle el paso a Cuitláhuac por órdenes de
AMLO, finalmente a partir del 2018 impuso su voluntad y prácticamente el
control del poder del gobierno estatal y aliada de Claudia Sheimbaun construyó
la circunstancia perfecta.
Sin embargo, se atoró con “Dos
Bocas” en donde no solo falló al presidente en uno de los tres proyectos
sustantivos de la 4T, sino que quedó salpicada por la sospecha de corrupción.
Así, al no cumplir y quedar
inconclusa la Refinería, no hubo pago revertido.
López Obrador la deja fuera de
Veracruz y permite la opinión local de su súbdito, Cuitláhuac García, para
tomar la decisión final de quien irá al relevo sexenal.
Hoy por lo pronto el banderazo de
arranque se dio tras la comida de Casa Veracruz el fin de semana, un banderazo
que en los hechos solo sube al ring a dos, Zenyazen y el Bola 8
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo