· En entrevista con motivo del Día Mundial del Medio
Ambiente, a celebrarse el 5 de junio, Jorge Feliciano Ontiveros enfatiza que es
fundamental evitar el uso de artículos que solo se pueden utilizar una ocasión,
y reciclar
El Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que cada año se producen en
el mundo más de 400 millones de toneladas de plástico, la mitad se fabrica para
una vida útil de un solo uso y menos de 10 por ciento se recicla.
Además,
calcula que cada año de 19 millones a 23 millones de toneladas de basura
plástica terminan en lagos, ríos y mares; en consecuencia, los microplásticos,
que son partículas de plástico con tamaños menores a 5 milímetros y que
proceden, en parte, de la degradación de la basura plástica de mayor tamaño,
son un elemento presente en la naturaleza.
De
acuerdo con el investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología
(ICML) de la UNAM, Jorge Feliciano Ontiveros Cuadras, los seres humanos hemos
sido colonizados por los plásticos, lo que constituye un problema de salud
ambiental.
En
ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora el 5 de junio,
indica que además de las bolsas y envases de agua purificada de un solo uso
–que son parte del grave problema de la contaminación–, el empleo de prendas de
vestir elaboradas a partir de plásticos contribuyen a la contaminación por
microplásticos a causa de la generación y liberación de fibras sintéticas a los
ecosistemas terrestres y acuáticos.
Como
parte de los trabajos de investigación que realizan grupos del ICML, donde
colabora, académicos de Mazatlán y Ciudad Universitaria, dedicados al estudio
de la contaminación por metales y metaloides, así como a la polución plástica
en ecosistemas acuáticos, en particular en zonas costeras, se ha observado que
“en cualquiera de las muestras que analicemos está presente la señal antrópica”
(alteraciones, producto de la actividad humana).
En
el rubro de plásticos “nos hemos aventurado a analizar muestras de arena de
playa, columnas de sedimentos, material acumulado en trampas de sedimento, y
muestras marinas de agua superficial; los microplásticos, como indica la
literatura, están en todos lados. No hay una sola muestra de laboratorio
obtenida en los ecosistemas, que hemos tenido la oportunidad de visitar, donde
no haya una señal de esas partículas contaminantes”.
El
investigador universitario menciona que el problema es grave y está relacionado
a que numerosas empresas no están obligadas a reportar –en sus respectivos
países donde realizan sus actividades– cuál es su producción de plásticos,
razón por la cual se desconocen los volúmenes y flujos reales con los que
contribuyen a este fenómeno contaminante.
Ontiveros
Cuadras –interesado en la evaluación de la acumulación, enriquecimiento y
procedencia de metales y metaloides en ecosistemas marino-costeros de México
durante los últimos 150 años– destaca que las actividades humanas son el
principal motor de este gran concepto que es el cambio global, que incluye:
cambio climático, aparición de especies invasoras, incremento de los niveles
del mar, derretimiento de los casquetes polares, etcétera.
En
el caso particular de México, al igual que en otros países, la investigación
sobre la contaminación por microplásticos es un tema que inicia. “Es decir, se
están generando los grupos de investigación, uno de ellos es en el que colaboro
y que tiene apoyo de Naciones Unidas; también se han realizado algunas
reuniones con el gobierno mexicano para empezar a generar inventarios sobre la
contaminación plástica, para tener una primera aproximación del problema y dar
cifras un poco más aterrizadas”, precisa.
Hemos
estudiado en Sinaloa los microplásticos que se acumulan en las playas, sean
rurales o urbanizadas, y el agua superficial marina. Otros colegas trabajan con
organismos, pero el problema es complejo y con innumerables variables; estamos
en una etapa totalmente inicial, asevera.
Por
doquier
Ontiveros
Cuadras señala que el polímero está en todos lados y se vuelve difícil contar
con insumos que puedan sustituirlo. “Cuando me preguntan qué podemos hacer en
nuestras casas para que la contaminación por estos materiales no empeore,
considero que sí existen formas para ello y siempre menciono: es fundamental
evitar el consumo de plásticos de un solo uso y empezar a reciclar”.
El
experto sugirió, por ejemplo, utilizar una botella de agua rellenable en vez de
comprarla en envases de PET. Debemos decidir entre la comodidad inmediata o
hacer pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo.
Recuerda
que debido a la efervescencia del tema de la contaminación plástica, algunas de
las grandes marcas de ropa llevan a cabo la confección de prendas de vestir y
zapatos deportivos, elaborados con plásticos reciclados.
Con
respecto a los tomadores de decisiones, apunta, la comunidad científica tendría
una aportación sustancial como la generación de datos duros que indiquen cómo
se distribuyen los microplásticos y sus flujos, a fin de que las autoridades
elaboren leyes para el mejor manejo y disposición de los materiales a nivel
industrial.
Sin
embargo, el problema del plástico en el proceso de transformación es su
calidad, ya que no es equiparable a aquel de nueva producción. Al mezclar
polímeros distintos el producto final tiene características que, con
frecuencia, no son las que buscan los consumidores, como rigidez y resistencia
a temperaturas. Es por ello que a las industrias no les interesa tanto
reciclar, puntualiza.
El
Día Mundial del Medio Ambiente es el principal vehículo de las Naciones Unidas
para fomentar la conciencia mundial y la acción por el planeta. Esta fecha
internacional se celebra cada año, a partir de 1973, y se ha constituido en una
plataforma vital para promover el progreso en materia de los aspectos
ambientales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Esta
conmemoración es una llamada de atención. Debido a la sociedad de consumo en la
que estamos inmersos olvidamos que también somos organismos que formamos parte
de un único ecosistema y de un planeta que es una isla; “no tenemos ningún
lugar a dónde huir si las cosas van mal”.
Esta
fecha es una oportunidad para realizar una autoevaluación, revisar si es más
importante nuestra comodidad como entes consumidores o integrar acciones
sencillas a nuestras rutinas como es reducir, reciclar y reutilizar, para
convertirnos en consumidores responsables, afirma Ontiveros Cuadras.
FUENTE: UNAM