De berrinche,
califican lo que hizo la embajadora mexicana Luz Elena
Baños, al oponerse al aumento del techo del presupuesto de la Organización de
Estados Americanos (OEA) y que los demás embajadores calificaron como un acto “bochornoso”.
“México sufrió
uno de los momentos más vergonzosos en la historia de su diplomacia. Fue el
momento más bajo en la historia de la OEA por parte de un embajador”, indicó
una fuente diplomática, asegurando que la embajadora “quedó mal”.
La molestia de
Luz Elena fue en contra del aumento al techo presupuestario de 82 millones 800
mil dólares a 92 millones 100 mil dólares, indicó que dichas acciones estaban
realizadas bajo la «ilegalidad» además de que se puntualizó que se actuó en
contra de la ética y la moral.
Baños se levantó
de su lugar gritando en contra de sus compañeros hasta que el embajador de
Uruguay, Washington Abdala, le solicitó que se sentara, ella respondió furiosa:
“No me voy a sentar”.
En forma de
apoyo, todo el grupo del caribe se pronunció molesto con la reacción de Luz
Elena Baños en torno al debate sobre el techo presupuestal, pues el aumento fue
aprobado con 25 votos a favor y 5 en contra. Con esa desventaja numérica,
dijeron, la embajadora Baños debió entender que sus exabruptos carecían de
sentido.
El acto
exacerbó las divisiones en la OEA colocando a México dentro de un bloque
izquierdista junto con Bolivia y Argentina, presionados por Venezuela, Cuba y
Nicaragua quienes no están dentro de la Organización.