Línea
Caliente
Por
Edgar Hernández*
Es el
peso de los más de 156 mil muertos caídos en lo que va de su régimen.
A los
que se suman la pérdida de popularidad del 92% al 62%. Son los 11 millones de
votos imposibles de alcanzar este fin de semana en el Estado de México.
Es la
suma de la corrupción y de los 800 mil fallecidos por la pandemia que por las
noches tocan las puertas de su Palacio.
Son
las corcholatas que ya no quieren obedecer.
Es la
acrecentada histeria de no poder someter a la Suprema Corte, a los partidos y
legisladores opositores, a la prensa crítica y a los líderes de opinión.
Es la
paulatina pérdida del poder, el desmantelamiento del proyecto de la Cuarta
Transformación y los hijos, los hermanos, la prima Felipa y los amigos a los
que se añade una larga fila de aliados de negocios, todos unos raterazos.
Es el
legado que pesa, y mucho, de quien rodeado de porros se aferra al poder.
Es una
carga muy pesada en el ocaso de su mandato y de su vida.
En las
puertas de las elecciones en el Estado de México, que en modo alguno habrán de definir
los derroteros que tomará la República dada la importancia electoral y política
que representa, todo indica que habrá una elección de estado.
Todo
apunta a que se buscará por todos los medios robar la elección para ungir a
Delfina Gómez, una corrupta -como todos los de su grupo- que no solo disponga
del dinero público para el 2024, sino que geste en compañía de los chairos en
el poder federal, una tendencia rumbo a la sucesión presidencial y la
renovación de siete gubernaturas en el 2024, entre ellas Veracruz.
Una
eventual victoria en el Edomex, como se ha dicho hasta la saciedad, marcará el
camino para recuperar el 50% perdido por Morena en la ciudad de México en las
elecciones intermedias.
Sumará
a 23, las entidades bajo la férula de Morena y consolidará el camino
legislativo para gestar una nueva Constitución que desparezca la autonomía del
Poder Judicial representado por la Suprema Corte de Justicia, el mayor
obstáculo que en estos momentos tiene su gobierno.
Por
ello tanta desesperación.
Por
ello la urgencia. Por ello las campañas de división y odio. Por ello acudir,
como sucedió en las elecciones intermedias, a la Guardia Nacional y al crimen
organizado para inhibir el voto.
A unas
horas de las elecciones en el estado de México la consigna de Morena -Morena es
AMLO- es evitar por todos los medios, que la gente salga a votar y que las
operaciones Tamal y Carrusel, sean las que marquen la ruta de la victoria.
Sin
embargo y a pesar de todos los avatares en contra de la ciudadanía, asoma una
luz de esperanza, las urnas.
Será
la única forma de derrotar al autoritarismo, borrar de una vez y para siempre
los senderos de una dictadura disfrazada y parar el seco el saqueo del país que
se registra en el marco de la peor división entre los mexicanos no vista desde
la época de la Colonia.
El
voto es la ruta de la democracia, es el camino. No nos equivoquemos, el lunes
será demasiado tarde.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo