· Se trata de un espacio en el que confluyen
emociones, disciplina y reproducción de valores, explicó Alejandro Fernández
Varela Jiménez
· Se llevó a cabo el coloquio Cuerpo, Deporte y
Racismo, organizado por la DGDU en colaboración con el INAH
El deporte, en
esencia, tiene una gran capacidad de penetración en nuestra sociedad, por ello
los mensajes que se producen y transmiten en estos contextos son importantes y
pueden constituirse en vehículos de transformación de prácticas sociales que
nos lastiman y dañan a la sociedad como el racismo, la xenofobia y la
discriminación.
Así
lo expuso el director general del Deporte Universitario (DGDU) de la UNAM,
Alejandro Fernández Varela, quien aseguró que esta actividad -al tratarse de un
espacio en el cual confluyen emociones, disciplina y reproducción de valores-
es un ámbito estratégico para hacer notar que las personas tienen el potencial
humano de acceder a todos los espacios.
“La
única diferencia válida para distinguir a los que llegan más alto, a los más
fuertes o a los más rápidos es la entrega, el intenso trabajo, los hábitos
asociados al autocuidado y las prácticas inherentes al juego limpio”, destacó.
Al
poner en marcha el coloquio “Cuerpo, Deporte y Racismo”, organizado en
colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
Fernández Varela consideró:
En
la Universidad es mucho lo que se puede aportar para develar estos estereotipos
que pervierten las normas de convivencia humana y, en este sentido,
“desmitificar aquellas ideas que en los ámbitos del deporte y la cultura física
asocian el color de la piel, el origen étnico o el país de nacimiento, a
ciertas cualidades con las que a veces identificamos habilidades y capacidades
justificando de ese modo la existencia de espacios de exclusión”.
“¡Mono!”
… “¡indio!”
En
su intervención, la titular del Seminario Universitario Interdisciplinario
sobre Racismo y Xenofobia (SURXE) de la Universidad Nacional, Olivia Joanna
Gall Sonabend, coincidió en la importancia de atacar dos tópicos en nuestro
país: racismo y xenofobia.
“Hacerlo
ahora desde la trinchera de lo que ocurre en el deporte, donde sabemos que es
un ámbito extremadamente importante desde el punto de vista popular, social,
económico y político en el mundo, es un gran acierto”, puntualizó.
Hace
pocos días, recordó, el futbolista brasileño Vinícius José Paixaõ de Oliveira
Júnior, conocido como Vinicius, delantero en el Real Madrid, fue víctima en
España de una agresión racista en masa, cuando desde el principio del partido
la afición del equipo contrincante, el Valencia, le gritó por varios minutos en
forma violenta: ¡mono!, ¡mono!, ¡mono!
Inmediatamente
después del partido y de la agresión racista, Carlo Ancelotti, entrenador del
equipo, declaró que la Liga Española de futbol tiene un grave problema de
racismo y que cuando esto ocurre en cualquier juego se debería suspender y el
reglamento tendría que cambiar, expuso Gall Sonaben.
Son
varios los incidentes en el deporte, los cuales tienen que ver con racismo, la
mayor parte en contra de personas afrodescendientes o africanas, y en general
contra poblaciones racializadas, comentó la investigadora universitaria.
Refirió
que en los años 80 del siglo pasado, cuando el futbolista mexicano Hugo Sánchez
llegó a España a jugar para el Atlético de Madrid, en los estadios le gritaban
¡indio!, ¡sucio! Como se sabe, anotó un gol histórico y a partir de ese hecho
se le “perdonó” ser aquello que le exclamaban y entonces se le llamó “hugol o
pichichi”.
Durante
los trabajos del coloquio, María Elisa Velázquez Gutiérrez, investigadora de
tiempo completo del INAH, mencionó que el racismo es un tema que vemos a
diario, cotidianamente, y sin duda tiene que ver con el deporte, razón por la
cual es importante dar seguimiento a la colaboración al respecto entre la UNAM
y este Instituto.
Cabe
señalar que según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2022, realizada por
el INEGI, entre julio de 2021 y septiembre de 2022 las entidades federativas
con mayor porcentaje de población de 18 años y más que manifestó haber sido
víctima de discriminación fueron: Yucatán (32.1 por ciento); Puebla (30.6 por
ciento); Querétaro (30.5 por ciento); Ciudad de México (29.6 por ciento); y
Jalisco (27.1 por ciento).
Asimismo,
del total de población de 18 años y más, 23.7 por ciento externó haber sido
discriminada en los últimos 12 meses por alguna característica o condición
personal: tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o
arreglo personal, clase social, lugar de residencia, creencias religiosas,
sexo, edad, orientación sexual, ser una persona indígena o afrodescendiente, tener
alguna discapacidad, presentar alguna enfermedad, opiniones políticas, estado
civil o situación de pareja o familiar, entre otros.
FUENTE: UNAM