Pedro Peñaloza
“El
fanatismo consiste en redoblar tus esfuerzos
cuando
has olvidado tu objetivo”.
Jorge
Santayana
El fenómeno
de la migración es de carácter histórico. Representa una manifestación de
múltiples detonantes, cuya génesis se localiza en los procesos de exclusión,
violencia e inseguridad. La tragedia que viven quienes buscan huir de sus
entornos, en un modelo de explotación de carácter periférico, tiene una de sus
muestras más visibles en los rostros de jóvenes, mujeres, madres y niños que
renuncian a su sentido de pertenencia y dignidad, para ser absorbidos por los
engranajes del capitalismo salvaje. Un modelo diseñado para continuar con la
acumulación sin importar las miserias humanas consustanciales.
Ahora, con
la terminación del título 42, medida impuesta por Trump con la justificación de
la pandemia y así poder expulsar de forma inmediata a los migrantes, se pone en
marcha el Título 8, que aumenta las penalidades para quienes ingresen
ilegalmente a EU, criminalizando la libertad de movilidad y mostrando el rostro
selectivo y discriminatorio del imperio.
Frente a
esta política estadounidense el gobierno de López Obrador se ha comportado
dócil y sumiso. Todas sus bravatas y desplantes nacionalistas son simples
cortinas de humo que pretenden ocultar su incapacidad para defender los
derechos de migrantes y mexicanos. Simplemente recordemos su actitud obsequiosa
frente a las amenazas de Trump de subir los aranceles en caso de no reforzar la
vigilancia en la frontera. Un elemento que desnuda la irresponsabilidad oficial
se ejemplifica con los datos de Tonatiuh Guillen López, en una nota de Diego
Badillo en el periódico El Economista: “la Patrulla Fronteriza registró de
enero a noviembre de 2022, 2 millones trescientos mil arribos, de los cuales
750 mil eran mexicanos (32.6%)” (15/01/23).
Es decir, no
estamos sólo en presencia de una movilización “exógena”, sino de miles de
compatriotas que no ven futuro en su país. Ni siquiera por eso López Obrador
abandona su obediente actitud frente a la Casa Blanca. ¿Dónde quedaron las
promesas del candidato rijoso para atender y proteger a los migrantes y
garantizarles una estancia segura y digna?
Ya hemos
visto cómo los tratan: con hambre, sin abrigo, sin vivienda o alimentos, con
represión y persecución, encerrándolos y llevándolos hasta la muerte. La
relación con los vecinos del norte es una extraña combinación de gritos mañaneros
y sumisión en la frontera; mientras nuestros paisanos y vecinos de otros países
sufren de secuestros, violaciones y asesinatos, el gobierno de la 4T seguirá
impávido y moviendo a las fuerzas castrenses. Joe Biden puede estar tranquilo,
tiene en el presidente mexicano un cancerbero eficaz de la frontera.
¿Gobierno de izquierda? ¿En serio?
@pedro_penaloz