- El artista ofreció una clase magistral acerca de esta obra en el
marco del ciclo Espacio Ligeti, dedicado a celebrar el centenario del
compositor húngaro-austriaco
- Con el Ensamble Cepromusic del Inbal, la obra se interpretará este
fin de semana en las salas Nezahualcóyotl y Manuel M. Ponce, bajo la
dirección de José Luis Castillo
El Concierto
para piano, de György Ligeti (1923–2006), es una obra de una complejidad
extraordinaria que no es fácil analizar en una clase y de interpretar en un
concierto. “Se requiere mucho conocimiento, paciencia y, sobre todo, gran
pasión para abordar dicha partitura, tanto en la teoría como en la práctica,
pero es innegable que quien lo haga tendrá como resultado una experiencia nueva
y gozosa en todos sentidos”.
Así lo aseguró
el pianista mexicano Gonzalo Gutiérrez, quien ofreció una Clase magistral en
torno a esta obra escrita en cinco movimientos y considerada al paso del tiempo
como “fuera de serie” para su época y “depositaria de las ideas estéticas y
musicales” del compositor húngaro-austriaco.
Dicha Clase
magistral se llevó a cabo este martes por la tarde como parte del ciclo Espacio
Ligeti que organizan la Secretaría de Cultura federal y el Instituto
Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Centro de
Producción y Experimentación de Música Contemporánea (Cepromusic), en
colaboración con Música UNAM, para celebrar el centenario del nacimiento del
compositor, emblema de la música contemporánea del siglo XX.
En la sesión,
celebrada en las instalaciones del Ensamble Cepromusic, Gonzalo Gutiérrez
–quien es pianista residente de dicho ensamble–, comentó: “Como pianista
ejecutante me he adentrado en este concierto –que sumará ya tres
interpretaciones diferentes– y su análisis me parece que podría ser más
profundo si fuera además compositor; con esa óptica creo que podría encontrarle
mucho más secretos y virtudes que lo que he podido hacer hasta ahora”.
De entrada, el
pianista dijo que el Concierto para piano, compuesto por Ligeti
entre 1985 y 1988, tiene una primera célula que estructura melódicamente la
obra, que le da desarrollo motívico a lo largo de la obra,
pues se encuentra en los cinco movimientos de que consta.
“Podríamos
decir –destacó– que esa célula es la tálea original sobre la cual está hecho
el concierto; esto es muy complejo en realidad; no he encontrado todas las
equivalencias de la tálea o estructura rítmica que aparece de muchas maneras a
lo largo del concierto. Se trata de una tálea brutal, propia de Ligeti, porque
nunca es obvia, sino solamente en algunos momentos”.
Para el pianista,
después de unos momentos de iniciado el concierto –en el que el piano está
sonando constantemente sin parar–, el solista llega a una especie de
“convencimiento rítmico, de una cadencia”, y esta tálea se siente a lo largo
del concierto como un gran compás. “Encuentro yo en esa forma de trabajo
algunas reminiscencias de Brahms”, dijo el artista.
Consideró el
pianista que se trata en sí de “la obra enciclopédica de Ligeti, en el sentido
de que utiliza aquí muchos de los recursos que se convirtieron en un éxito para
él” y lo llevaron al conocimiento de otros músicos e intérpretes, inclusive,
dijo, cineastas como Stanley Kubrick, quien utilizó frecuentemente su música en
sus producciones, no sin antes pasar por una demanda de Ligeti –por un dólar–
por no haberle dado crédito en Odisea 2001.
Gonzalo
Gutiérrez subrayó que el Concierto para piano, de Ligeti, a
diferencia de muchas de sus obras, carece de ese elemento teatral que lo
caracteriza: “Quiero decir explícito y especificado en la partitura (como
en Aventuras y Nuevas aventuras), aunque la riqueza dramática del
concierto está insinuada, se da por sí misma y sin tener que anotarla”.
Más bien
–observa el pianista– podríamos decir que esta es una obra neoclásica en el
sentido de que busca mucho el carácter del concerto grosso. “En el
concierto de Ligeti no encontramos esas típicas estructuras responsivas como en
los conciertos de Brahms o de Beethoven, donde la orquesta dice algo y los
solistas responden. Aquí, por el contrario, el piano se escucha de forma
permanente, como una especie de bajo continuo, y la parte orquestal va
tejiéndose alrededor de eso”.
Asimismo,
consideró que hay obras que son complejas e imposibles de tocar, como podría
ser el caso de este concierto, y agregó que ante ello los ejecutantes y
directores han tenido que poner algo de su cosecha: comprimiendo cosas en
algunos casos y en otros cortando.
“Y lo han
hecho porque solo así se puede interpretar. Y eso es válido, porque hay casos
en que esas acciones han propiciado inclusive hasta cierta ‘jurisprudencia
musical’, ya que su visión tiene éxito, aceptación, demuestra que es lo mejor,
y se queda y se respetan o se toma en cuenta para otras ocasiones”.
Finalmente,
asegura, “hablamos de un concierto para piano muy digerible y divertido, que se
escucha pronto, pasan demasiadas cosas muy rápido y prácticamente no hay
momentos de reposo”.
Todo ello se
podrá constatar en el concierto que el Ensamble Cepromusic ofrecerá con el
programa que reúne el Concierto para piano, Aventuras y Nuevas
aventuras, de Ligeti, bajo la dirección del maestro José Luis Castillo, el
viernes 19 de mayo a las 20:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro
Cultural Universitario, y el sábado 20 de mayo a las 19:00 horas en la
Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.