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Entre los derechos de autor y la ética
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“Si copias y no citas, plagias”, sostuvo
Ignasi Labastida, de la Universidad de Barcelona
Por: Laura Lucía Romero Mireles
CDMX, 24 de enero de 2023. – La
propiedad intelectual y los derechos de autor constituyen un tema dinámico que
debemos aprender a usar de manera positiva y flexible para crecer y compartir,
y que la sociedad sea lo mejor posible. “No son para asustar o prohibir, sino
un sistema que puede permitir compartir, divulgar y construir conocimiento
entre todos”, afirmó Ignasi Labastida Juan.
El doctor en física por la
Universidad de Barcelona (UB), y delegado del rector para la Ciencia Abierta de
esa institución educativa, sostuvo que: “Si copias y no citas, plagias. La
gente debe aprender a reconocer que todos copiamos; eso es bueno, pero tenemos
que hacerlo bien. Es decir, explicando que lo dicho no lo he inventado yo, sino
que lo ha afirmado tal persona, o ha aparecido en tal sitio”.
Lo importante es advertir que
construimos a partir de lo que otros han hecho, y está bien, no tenemos que
reinventar la rueda cada vez; pero hay que establecer que otras personas
llegaron a ciertos resultados, y que yo aporto un valor añadido, explicó.
En la conferencia “¿Plagio en la
producción académica? Entre los derechos de autor y la ética académica”,
organizada por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la
UNAM y el Seminario Permanente de Editores, el también responsable de la Unidad
de Investigación e Innovación, del Centro de Recursos para el Aprendizaje y la
Investigación de la UB, recalcó que el nuevo conocimiento se crea a partir del
ya existente. “Si me pongo en la ‘piel’ del autor, me haría mucha ilusión, y me
daría una gran satisfacción que me copien, porque significa que lo que he
aportado tiene un valor y es importante. Así lo hacemos en la carrera
académica, cuando buscamos citas”, aclaró.
El experto español expuso que
parecería que el plagio va en aumento; en Alemania, por ejemplo, algunos
ministros han tenido que dimitir debido al mal uso de fuentes ajenas o por
reutilizar material sin citar que no era suyo. En realidad, cada vez tenemos
más acceso a los contenidos, y hoy en día es más fácil detectar al copiador que
no reconoce la autoría.
Es decir, “siempre ha habido
plagio, pero ahora es más fácil localizarlo”. Hay gente que engaña y hace
trampas, siempre habrá mentirosos, pero hoy tenemos a nuestro alcance
herramientas y multitud de contenidos en la red, y ello facilita la
identificación de esos malos usos. Por eso vemos en los medios que aparecen más
casos de identificación de plagio. Cuando se da en la academia, a veces
permanece en ese ámbito; pero si los involucrados son determinados personajes
públicos, ese debate se genera de manera más amplia, expuso.
Pero no debe pensarse que para
evitar el plagio tenemos que volver a un sistema cerrado; por el contrario, se
debe fortalecer el conocimiento abierto, y que llegue al mayor número de
personas posible. “De ese modo hay muchos ojos vigilando el fraude, el mal uso
que se hace de esos contenidos. Para ello hay que mantener las reglas del
juego, que se pueden modificar o mejorar con base en la propiedad intelectual o
los derechos de autor, para contar con un sistema que permita abrir el
conocimiento de manera ordenada”, detalló Labastida Juan.
Así se ha hecho desde hace más de
dos décadas en España, y ya “celebramos el 20 aniversario de las licencias
Creative Commons, que han sido un instrumento que ha facilitado que cualquier
autor o titular de derechos, como las universidades, puedan difundir sus
contenidos de manera legal y abierta, para que se reutilice con permiso, pero
con ciertas condiciones”. Igual ahí hay requisitos por cumplir, y uno básico es
el reconocimiento de la autoría, es decir, citar al autor.
También hoy existen herramientas
automáticas de detección de coincidencias con textos ya publicados; lo que
hacen es comparar y determinar el porcentaje de similitud. Pero, aclaró
Labastida, es necesario que haya una o varias personas que analicen el
resultado de ese “número frío” y determinen si se trata de un plagio o no.
Cuando se quiere estudiar un
posible caso de plagio o fraude, se deben examinar las evidencias y actuar en
consecuencia. “Formo parte de la Comisión de Ética de la UB y encontramos casos
de este tipo”; hay que analizar las malas praxis, e incluso, retirar ese
reconocimiento, premio o título a la persona.
Además, cuando plagias para
conseguir reconocimiento, un título de doctor o haces trampa para pasar un
examen, es una cuestión de fraude: “te defraudas a ti mismo, al sistema, y ahí
nos ubicamos en un ámbito ético”. Muchas veces los códigos de ética son más una
cuestión de buenas prácticas y no incluyen sanciones. Pero si no eres ético, la
consecuencia será que los demás sepan que no sigues las pautas.
El especialista mencionó que en
la UB “hemos tenido que eliminar tesis que estaban en el repositorio, porque
han dejado de ser la evidencia del grado de doctor, porque se ha llegado a
retirar el título por plagio con la intervención de nuestros servicios
jurídicos. Si copias y no citas, hay un problema, aunque no haya lucro”.
Ignasi Labastida concluyó que hay
que aprender a citar. “Desde las universidades, la academia podemos enseñar y
fomentar el conocimiento abierto. Debemos recalcar a los alumnos, incluso desde
la primaria, que si van a copiar, cortar y pegar, deben mencionar las fuentes y
utilizar las que sean fiables.
Fuente: UNAM
https://www.gaceta.unam.mx/plagio-en-la-produccion-academica-entre-los-derechos-de-autor-y-la-etica/