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La
pintora y feminista fue autora de un amplio y singular corpus literario que
oscila entre el apunte autobiográfico, la poesía lírica y la indagación
filosófica
CDMX, 23 de enero
de 2023. – La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto
Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan a Nahui Olin, poeta,
pintora, pionera del feminismo y musa, y modelo del arte mexicano del siglo XX,
al cumplirse 45 años de su fallecimiento, el cual ocurrió el 23 de enero de
1978 en la Ciudad de México.
Nahui Olin, cuyo
nombre fue Carmen Mondragón Valseca, vivió una vida de libertad y sabiduría, y
con ello marcó el camino de las artes y las luchas libertarias del siglo XX en
México, por lo que se le reconoce como una de las mujeres que han dejado honda
huella en nuestro país.
Carmen Mondragón
nació el 8 de junio de 1894 en Veracruz en el seno de una familia educada en la
disciplina y la severidad. Su padre fue el general Manuel Mondragón.
Luego de vivir de
los cuatro a los 12 años en París, Francia, donde se introdujo en las artes,
volvió a México y vivió los acontecimientos de la Decena Trágica. Se casó a los
20 años con el pintor Manuel Rodríguez Lozano y se fueron a vivir a Europa de
1914 a 1921. En ese tiempo se relacionó con personajes como Picasso, Braque y
Matisse, quienes la animaron a incursionar en el arte y a interesarse en los
movimientos sociales, como el naciente feminismo.
Volvió a México y
entabló contacto con artistas, como el fotógrafo Edward Weston y el pintor
Diego Rivera, para quienes modeló en muchas obras emblemáticas, así como con
Tina Modotti, Frida Kahlo, Antonieta Rivas Mercado y Lupe Marín.
Ya conocida en el
medio artístico y cultural mexicano se casó con el pintor Gerardo Murillo, Dr.
Atl, quien le dio el nombre de Nahui Olin (en náhuatl, Quinto Sol).
Durante más de 50
años, Carmen Mondragón creó una amplia obra pictórica que profundizó en la
sensualidad y el erotismo, en un amplio y singular corpus literario que oscila
entre el apunte autobiográfico, la poesía lírica y la indagación filosófica,
con rasgos de una enorme necesidad de conocerse a sí misma, dijo la
investigadora Beatriz Saavedra, con motivo del homenaje Paraíso de toda
inteligencia: Nahui Olin que se llevó a cabo en 2018, organizado por el Inbal.
Ahí, destacó: “En
Nahui Olin sobresalen la pasión artística y la libertad con que defendía todos
los aspectos de su vida. Fue una mujer sumamente inteligente y con una
intensidad que le daba una lucidez incalculable; además, es un referente en el
desarrollo de la mujer mexicana (…) Junto con Frida Kahlo y Tina Modotti fue
pionera en el replanteamiento del papel de la mujer dentro de la sociedad y una
visionaria que abrió caminos en la cultura, en la sociedad y en el arte”.
Ese mismo año,
2018, el Inbal organizó la exposición Nahui Olin. La mirada infinita, en el
Museo Nacional de Arte. El poeta, editor y crítico de arte Víctor Mantilla fue
curador de dicha muestra y dijo entonces: “Nahui Olin mostró siempre una manera
desprejuiciada de vivir, de sentir y desenvolverse dentro de la sociedad y las
expresiones artísticas; fue, sin duda, pionera en el cuestionamiento del papel
de las mujeres dentro de la sociedad e inauguró una brecha que llevó a la mujer
moderna a desenvolverse en la cultura, las artes y la sociedad entera”.
La poeta y editora
Noemí Luna califica a Nahui Olin como “una mujer sorprendente, polifacética y
fuera de serie, ya que dominó y manejó 12 técnicas pictóricas, escribió poesía
desde los 10 años de edad, incursionó en la música, practicó el performance y
vivió más de ocho años en una cultura nueva y ajena (Francia), y en todos los
casos dejó un amplio legado que aún espera ser analizado y revalorado”.
En su paso por el
arte mexicano del siglo XX, Nahui Olin fue inmortalizada por Diego Rivera en su
mural La creación, donde aparece como Erato, la musa de la poesía erótica.
Modeló para Jean Charlot y realizó desnudos para los fotógrafos Edward Weston y
Antonio Garduño, quienes no solo capturaron la sensualidad de su figura y sus
enigmáticos ojos verdes, sino que también perfilan en sus imágenes la actitud
rebelde y transgresora de una mujer que, como tantas otras figuras legendarias,
quedó envuelta en el mito y la leyenda.