Aguascalientes,
28 de diciembre. – Con más de un siglo de la historia industrial del
Ferrocarril en Aguascalientes, y que ahora se transforma hacia un legado
cultural, comercial y turístico, las Locomotoras de Vapor llegaron por primera
vez a estas tierras por allá de los años de 1870 y funcionaron durante noventa
años, involucrando a un incontable número de empleados que tejieron anécdotas
que deben ser compartidas a las nuevas generaciones.
Hoy en
día, el estado de Aguascalientes cuenta con tres de esas enormes máquinas de
acero, albergadas en el Complejo Tres Centurias para su exhibición y
preservación. Dos de ellas son originales y la tercera es réplica; cada una con
sus características especiales, su historia, su recorrido por las vías rieleras
de Aguascalientes y de todo el país.
Cuando
inició la circulación de las locomotoras de vapor rudimentarias por los años
1870, todavía no existía la empresa de Ferrocarriles Nacionales de México. Este
servicio era prestado por diferentes líneas férreas que contaban con diferentes
ramales y gradualmente se consolidó el ferrocarril en el país, propiedad de
compañías norteamericanas.
En el
caso de Aguascalientes, los ramales férreos eran del Ferrocarril Mexicano de la
Unión, que iba desde la estación de Rincón de Romos a la de Tepezalá, para dar
servicio de pasajeros y carga a una empresa minera que operaba en aquel lugar.
También
había un tramo de Aguascalientes a Caldera, a cargo del Ferrocarril Central
Mexicano. Otra línea era Zarco Steel Company, que iba del complejo ferroviario
hacia el cerro de la Grasa. De igual modo, se tuvo el ferrocarril de carga
denominado “el Piojito”, que era de la estación San Gil en Ciénaga Grande a las
minas de Asientos.
El
Ferrocarril Central Mexicano gradualmente se consolidó y absorbió al
Ferrocarril Mexicano de la Unión y al de Aguascalientes-Calera. Los otros
ferrocarriles se detentaron con un servicio particular. En aquel entonces, los
trabajadores eran norteamericanos, llámese telegrafistas, despachadores y
maquinistas.
Posteriormente,
en 1910, se dio la nacionalización de este servicio y surgió Ferrocarriles
Nacionales de México, lo que permitió que los puestos de trabajo se abrieran a
los mexicanos, con sus respectivas huelgas por parte del personal
norteamericano, tiempo que fue aprovechado por los mexicanos para tomar el
control férreo.
Gracias
a este servicio, el estado de Aguascalientes pudo ser conocido en el mundo y
consolidarse aquí mismo como una de las divisiones más grandes, con talleres de
reparación y fabricación de algunos elementos, generando economía, progreso y
ahora un legado histórico y turístico.
LOCOTOMORAS
DE VAPOR EN EXHIBICIÓN
LA
MOCHA. De acuerdo con información de las
Asociaciones Civiles “Cautivarte” y “Amigos del Ferrocarril”, la primera
Locomotora de Vapor que se construyó en Aguascalientes se le identifica como la
número 40, inaugurada entre 1910 y 1913; ésta permitió que los Talleres
Rieleros avanzaran en el proceso de fabricación de otras máquinas de vapor en
la entidad.
Además,
esta Locomotora era conocida como “La Mocha”, porque su tender o carbonera
estaba inclinado y eso favorecía que fuera muy veloz. Y fue utilizada en
maniobras de patio. A pesar de que esta locomotora fue deshuesada hace varias
décadas, Aguascalientes construyó una réplica de la 40, estilo maqueta a escala
real, a cargo del entonces gobernador Felipe González González, y en actualidad
se exhibe en el Corredor Tres Centurias, en las inmediaciones del Salón
Locomotoras.
Aguascalientes
es una de las pocas entidades de la República Mexicana que tiene tres
Locomotoras de Vapor, así como una réplica miniatura exhibida en el Sindicato
de Trabajadores Ferrocarrileros del Estado de Aguascalientes.
LA
NIÁGARA. La segunda Locomotora de Vapor,
exhibida en Aguascalientes, se le conoce como “La Niágara”, con el número de
serie 3025, la cual fue fabricada en Estados Unidos, en 1946, fue una de las
últimas máquinas que trajeron a México, y la cual sirvió para el transporte de
pasajeros y en ocasiones también para el servicio de carga. Salió de servicio
en 1963.
La
imponente “Niágara”, recientemente fue rescatada de su abandono en el Parque
Rodolfo Landeros Gallegos y ahora puede ser observada como uno de los
patrimonios del Estado de Aguascalientes, en el Complejo Tres Centurias, que es
el lugar icónico de los Talleres del Ferrocarril de Aguascalientes.
LA
HUDSON. La tercera Locomotora de Vapor es
la “Hudson”, con el número de serie 2708, la cual todavía operó entre los años
1930 y 1960, y muchos la relacionan con su maquinista “El Elegante”, porque era
un hombre que siempre llegaba con su traje blanco y su sombrero; quien luego se
ponía su overol y se subía a su máquina.
Esta
Locomotora de Vapor está en exhibición desde los años de 1960 y 1970, en la
Estación de Tren. Esta máquina prestó servicio en la División del Bajío, en la
ruta de Aguascalientes-Irapuato-Salamanca, tanto de carga como de pasajeros.
Las
cuatro Locomotoras de Vapor se encuentran inventariadas y catalogadas en un
clasificador internacional de máquinas de vapor, tanto como originales y
réplicas.