Pedro Peñaloza
“La fuerza es el derecho de las bestias”.
Marco Tulio Cicerón
La advertida derrota
legislativa que sufrió el ciudadano López Obrador, de su improvisada iniciativa
electoral regresiva y antidemocrática, provocó, aparte de enojos y virulencia,
un supuesto “plan B”. A temprana hora, el mensajero Adán Augusto López, entregó
el mismo día de la discusión, violentado procesos legislativos, el cambio a las
leyes secundarias: ordenando el script. La bancada mayoritaria no la turnó a
comisiones ni la publicó en la gaceta legislativa, simplemente se llevó al
pleno para que los morenistas, junto a sus compinches, la aprobaran y
cumplieran sin dilación los deseos del jefe.
Por lo tanto, un texto
de 300 cuartillas, fue puesto a debate sin ningún dictamen ni discusión previa.
Y como era de esperarse, fue aprobado por una masa borreguil, que cobra como
diputados. Quizá en el Senado se cuiden las formas, pero seguramente se
aprobará ahí también. La única posibilidad legal de que este atropello se
detenga es la SCJN, veremos si la presión y amenazas desde la mañanera no
terminan por inclinar la balanza.
El morenismo actúa
atrabiliariamente y lo hace con cinismo inaudito, acusando a los opositores de
traidores. ¡Caramba! Se violentan los mecanismos legislativos ¿y a eso lo
llaman patriotismo? El maniqueísmo es la divisa de quien carece de argumentos
para defender ideas y propuestas. Eso es parte del catecismo que proviene de
las sabias enseñanzas de su tlatoani sexenal.
El “plan B” contiene
graves manotazos, modificando centenas de artículos de diversas leyes, acotando
el poder del árbitro electoral, haciendo un traje a la medida para proteger a
los candidatos morenistas y dar limosnas a los aliados del partido oficial. Las
leyes aprobadas castigan orgánica y presupuestalmente al INE y al Tribunal
electoral. ¿A quién conviene un árbitro debilitado? La respuesta es obvia.
El escenario que viene
es un diseño armado desde Palacio Nacional para que las elecciones de 2024 sean
un festín para la intervención impune del gobierno en el proceso. Por su parte,
el INE, debilitado y descuartizado, ya con consejeros morenistas el año
próximo, dejará pasar todas las arbitrariedades del oficialismo en su camino
por intentar perpetuarse.
López Obrador, es
vengativo, no puede aceptar ser derrotado, nunca lo ha hecho. Para él su única
prioridad es imponer y controlar todas las instituciones, no importa el medio
para lograrlo. Incluso, veamos cómo trata a sus ex compañeros de viaje. Ya
pondrá a una “corcholata” que lo represente incondicionalmente. De eso trata el
desafío que viene. No es un hecho que AMLO logre sus propósitos. Falta la voz
de los electores. Pequeño gran detalle.
@pedro_penaloz