• Las mujeres adolescentes son las más propensas a los trastornos de la conducta alimentaria; el número de pacientes que buscan atención se triplicó y cada vez son más jóvenes: Rocío Ivonne de la Vega Morales.
• El 30 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la lucha contra estos desórdenes.
Los trastornos de la conducta alimentaria son
desórdenes mentales que presentan quienes tienen una imagen distorsionada de su
cuerpo y experimentan insatisfacción con este, por lo que modifican su
alimentación. Además, se relacionan con la autoestima y el aislamiento social.
Suelen
padecerlos más las mujeres, en una proporción de 10 a uno frente a los hombres,
afirma la académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Rocío Ivonne
de la Vega Morales.
Se
trata de: anorexia y bulimia nervosa -relacionada con trastorno mental-, y
trastorno por atracón. Los dos primeros son más recurrentes en las
adolescentes, mientras que el último en personas mayores de 25 años.
De
acuerdo con la Secretaría de Salud federal, en México se registran, cada año,
aproximadamente 20 mil casos de anorexia y bulimia; la población de 15 a 19
años es la más afectada.
Con
motivo del Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta
Alimentaria -que se conmemora el 30 de noviembre-, la experta universitaria
detalla que quienes presentan anorexia nervosa perciben su cuerpo más ancho de
lo que en realidad es, y al no sentirse a gusto, limitan su alimentación.
“Comen
una manzana al día, toman mucha agua para bajar de peso, pero no se perciben
delgados, por lo que caen en un círculo vicioso donde restringen más su
alimentación y siguen bajando de peso. Retiran los carbohidratos, las grasas de
su dieta por la creencia de que todo engorda”, expone.
Con
ellos se trabaja a partir del ámbito nutricional para que se den cuenta que los
alimentos no los engordarán, y es importante que se nutran. A nivel psicológico
se les explica que estas ideas irracionales de dejar de comer ponen en riesgo
su vida.
Dentro
de estos trastornos también se presenta inestabilidad emocional, ya que pueden
pasar de la tristeza al llanto, y luego a la alegría, además de padecer
depresión y ansiedad.
La
bulimia nervosa se registra cuando hay una ingesta voraz de alimentos en un
lapso corto. Las personas comen de todo, no importa, por ejemplo, que esté
echado a perder, incluso planean los atracones. Estas acciones les generan
culpa y/o vergüenza que las conduce a “hacer algo”, a tener conductas
compensatorias como realizar ejercicio en exceso.
“Son
las chicas que pasan de estación en estación en los gimnasios, traen estos relojes
marcapasos que les indican la cantidad de calorías que queman. Todo el tiempo
están pensando en la alimentación, el ejercicio excesivo, los ayunos
prolongados, el vómito u otras conductas para bajar de peso”, comenta De la
Vega Morales.
Otro
trastorno es el atracón, en el cual no hay conductas compensatorias. Comer está
ligado a las emociones; las personas lo hacen si se sienten tristes, enojadas,
solas o con ansiedad. El objetivo es disminuir el malestar emocional.
Este
desorden también se relaciona con los altos índices de obesidad que hay en
México. Por ello, es importante detectar si los pacientes son obesos debido a
sus malos hábitos alimenticios o porque sufren trastorno por atracón.
“Los
psicólogos debemos ayudarles precisamente a detectar cuáles son las señales de
hambre: el dolor de cabeza, pensar en comida, el tener regurgitaciones en el
estómago, que es distinto a querer controlar la vida a través de la
alimentación”, explica.
Además,
se enfocan en cambiar las ideas distorsionadas en torno a la alimentación, la
imagen corporal, el control de peso; sobre todo, les ayudan a la regulación
emocional.
Los
psicólogos trabajan de la mano con psiquiatras, pues los pacientes con estos
trastornos suelen presentar también depresión. Con apoyo de nutriólogos se les
hace saber que todos los grupos de alimentos son necesarios para su desarrollo
y bienestar físico.
Cada
vez más jóvenes
La
académica de la UNAM afirma que a partir de la pandemia por coronavirus se
registra aumento significativo de depresión, ideación suicida, adicciones y
trastornos de la conducta alimentaria en los jóvenes. En su experiencia
clínica, el número de pacientes que buscan atención por estos últimos
prácticamente se ha triplicado, y cada vez llegan más jóvenes.
“Lamentablemente
estamos atendiendo población infantil, de siete, ocho años, por anorexia
nervosa. Son niñas que expresan que quieren estar delgadas para usar
ombliguera, que si no hacen ejercicio van a subir de peso. Eso se presenta,
normalmente, durante la pubertad, la adolescencia, cuando experimentan cambios
físicos, pero la misma sociedad ha hecho que los pequeños empiecen con estas
problemáticas”, insiste.
En
los medios de comunicación y redes sociales se manejan mensajes sobre el ideal
corporal. Por ejemplo, hoy en día están de moda los estereotipos orientales y
hay quienes buscan operarse las mejillas para que su cara sea más parecida a la
de personas asiáticas.
“Hay
que tener mucho cuidado con los comentarios que se hacen sobre el cuerpo de los
niños y/o adolescentes. Hay que insistir que son bellos tal cual son, que
pueden vestirse, arreglarse, sentirse bien con lo que quieran”, subraya.
Además,
que deben observar una alimentación saludable, cuidar su cuerpo y quererlo al
proporcionarle una buena alimentación, efectuar ejercicio y adecuado descanso.
Fuente UNAM