·
Por su
inteligencia científica, por su capacidad de divulgación y por su compromiso
social, el premiado y su obra sirven de inspiración para las próximas
generaciones de científicos sociales y de ciudadanos”, describe el acta del
jurado del galardón.
Hoy en día no se ha prestado tanta atención al
indígena actual vivo, quizá porque se alude a ese interés, a la importancia que
se le da a lo que son las sociedades antiguas, a las viejas civilizaciones como
Teotihuacan, al mundo Maya, a los sitios de Oaxaca, del occidente de México, de
Veracruz, al norte del país, consideró Eduardo Matos Moctezuma, doctor honoris
causa por la UNAM.
Y recordemos, dijo, que hubo un levantamiento en el
sureste del país hace más de dos décadas, haciendo ver su presencia en Chiapas,
que es un estado con varias etnias indígenas al igual que Oaxaca, Veracruz,
entre otros más.
“Fue una llamada de atención, precisamente para que
se atendiera lo que son estos grupos que por lo general han permanecido
marginados”, aseguró el ganador del Premio Princesa de Asturias de Ciencias
Sociales, uno de los más prestigiados en el orbe, que le será entregado hoy
viernes 28 de octubre, en Oviedo, España.
Por ejemplo, en general las lenguas indígenas tienen
su propia estructura y características. En realidad hay que tratar de
preservarlas porque en algunos casos corren peligro de extinguirse y eso sería
fatal, alertó.
Eduardo Matos Moctezuma lleva en el nombre destino.
Fue uno de los primeros especialistas en revisar la historia de esta tierra,
cuando despertó del letargo de casi 500 años a la Coyolxauhqui, redescubierta
hace 44 años.
Hoy, en el año Matlactli Tochtli (10 Conejo) 2022, es
reconocido por “el extraordinario rigor intelectual para reconstruir las
civilizaciones de México y Mesoamérica, y para hacer que dicha herencia se
incorpore con objetividad y libre de cualquier mito”, refiere el acta del
jurado del premio.
El documento indica además: “Por su inteligencia
científica, por su capacidad de divulgación y por su compromiso social, el
premiado y su obra sirven de inspiración para las próximas generaciones de
científicos sociales y de ciudadanos”.
A ello, el galardonado respondió: “Los datos o la
información sobre Mesoamérica se han ido dando por muchos colegas, por
diferentes medios a través de libros, conferencias. En general siempre hay
información al respecto, tanto en diarios como en medios”.
La UNAM, por ejemplo, cuenta con el Instituto de
Investigaciones Antropológicas, que ha producido y publicado bastante, ha
formado sobre todo doctores en Antropología en general; ahí vemos esa presencia
clara y permanente, subrayó Matos Moctezuma.
Profesionales de la
historia
Arqueólogo, director y fundador del Proyecto Templo
Mayor en 1978; director del Museo Nacional de Antropología (1986-1987) y del
Museo del Templo Mayor (1987-2000), Eduardo Matos reiteró la historia de un
mito que, de acuerdo a su rigor académico, es impreciso.
“Respecto a la caída de las ciudades mexicas de
Tenochtitlan y Tlatelolco, y con ese motivo ciertas instancias gubernamentales
pretendieron manejar el año de 1321 como el de la fundación de Tenochtitlan,
cuando no existen evidencias para sostener académica y científicamente ese
dato”.
Se han ofrecido varias fechas, pero en la que más se
incide en fuentes y códices es en la de 1325 para la fundación. Yo manifesté
que no estaba de acuerdo en que se manipulara la historia, y se usara para
fines políticos, afirmó.
“México cuenta con historiadores, arqueólogos que
están dedicados precisamente a sus materias, y a través de esas investigaciones
se va conociendo más, no solo el México prehispánico, sino el México colonial,
el México independiente y el México actual. Son profesionales de la historia y
de la arqueología que durante muchos años han dedicado su vida a eso, a
investigar y a aportar la información y el producto de sus indagaciones; hay
que consultarlos”.
Matos Moctezuma, quien ingresó a El Colegio Nacional
el 24 de junio de 1993, en su discurso tuvo la salutación de José Emilio
Pacheco, quien le expuso: “lo importante, en todo caso, es lo que podamos hacer
mientras nos llega el turno de convertirnos en objeto arqueológico”.
El galardonado reconoció que vivimos épocas aciagas,
y concluyó: “sin embargo, el carácter de cada persona es un aspecto muy
peculiar, yo siempre he tenido afortunadamente humor y lo he aplicado,
inclusive, a mi persona y en muchos aspectos de mi vida”.
Información UNAM