22/02/2022.- Moscú. Ahora sí la cuerda ya
no pudo estirarse más: el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó anoche el
decreto que reconoce la independencia de las repúblicas populares de Donietsk y
Lugansk, que ocupan sólo parte de las regiones ucranias homónimas, llevando la
confrontación con Ucrania, Estados Unidos y la OTAN al máximo nivel de tensión
al ordenar, también, que las tropas rusas ingresen en esos territorios en
“misión de mantenimiento de la paz”.
Con
esta decisión –aunque por simple formalidad para entrar en vigor aún tiene que
ser ratificada por la Duma (Cámara de Diputados) y el Consejo de la Federación
(Senado)–, el Kremlin dio por terminado el proceso de negociación de un arreglo
político en el este de Ucrania durante los ocho años recientes, sellando la
defunción de los Acuerdos de Minsk, que no se pudieron cumplir por
discrepancias insalvables.
Según
esos compromisos firmados, en el llamado formato de Normandía, por Rusia y
Ucrania, así como Alemania y Francia como mediadores, Moscú aceptaba que las
zonas que no se supeditan a Kiev debían pertenecer a Ucrania, aunque con un
“estatus especial”.
Putin dejó de pensar eso tan
sólo unas horas después de que el domingo anterior acordó con su homólogo
francés, Emmanuel Macron, una nueva reunión de los asesores políticos de los
líderes del formato de Normandía para tratar de establecer un alto el fuego,
tras varios días de bombardeos en la línea de contacto entre el ejército
ucranio y las milicias prorrusas.
Es
poco probable que el Kremlin vaya a diferir la ratificación del decreto
presidencial por parte de la Duma y el Consejo de la Federación como última
advertencia a Estados Unidos de influir en Kiev para que haga concesiones y
cumpla los Acuerdos de Minsk.
Parece
que ya no hay marcha atrás y los legisladores rusos cumplirán cuanto antes el
trámite parlamentario, este martes según se comenta. De ese modo, Rusia
tendría, desde su punto de vista, fundamento legal que justifique el ingreso de
sus tropas en los nuevos “países independientes”, un territorio que, hasta
ayer, Putin consideraba parte de Ucrania.
Se
comenta que el repentino cambio de opinión de Putin se debió a que, en una
reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, celebrada la mañana de ayer lunes,
se llegó a la conclusión de que Estados Unidos y la OTAN no van a satisfacer
las exigencias rusas en materia de seguridad (no a la expansión de la OTAN, no
a instalar armas ofensivas cerca de sus fronteras y desmantelar la
infraestructura militar noratlántica a niveles de 1997) y la presión con el
despliegue de tropas y armamento no ha dado ningún resultado.
El
presidente Vladimir Putin desplegó tropas de “mantenimiento de paz” hacia las
regiones de Lugansk y Donetsk de Ucrania solo un día después que Rusia reconoció
públicamente a las repúblicas como independientes. Infografía Graphic News.
Respuesta del Kremlin al no ver satisfechas sus
demandas
Da la impresión de
que ocupar una pequeña parte de Ucrania, con el pretexto de salvar del
“genocidio” a la población de origen ruso –dejando al margen a otras ocho
regiones ucranias donde entre 20 y 50 por ciento de los habitantes dicen que el
ruso es su lengua materna–, es parte de la respuesta del Kremlin a la negativa
de Estados Unidos y la OTAN de comprometerse a que Ucrania nunca va a ingresar
en la alianza noratlántica.
De acuerdo con el
guion de los operadores políticos del Kremlin, después del encuentro a puerta
cerrada, Putin convocó “de sorpresa” a los miembros del Consejo de Seguridad de
Rusia a una reunión ampliada que por primera vez se transmitió en directo, cual
si fuera un gran show, por los canales de la televisión pública
rusa.
Uno tras otro, ante
un jefe impasible y con visibles muestras de preocupación, acudieron al
micrófono el premier Mijail Mishustin, el canciller Serguei Lavrov, el ministro
de Defensa Serguei Shoigu, el secretario del Consejo de Seguridad Nikolai
Patruschev, y otros integrantes del primer círculo presidencial para decir con
sus propias palabras en esencia lo mismo: que es inaplazable reconocer la
independencia de las “repúblicas populares” de Donietsk y Lugansk.
Uno de los
oradores, Serguei Naryshkin, director del servicio de espionaje exterior, por
los nervios, incluso llegó a decir que apoyaba “el ingreso del Donbás en la
Federación Rusa”, pero fue parado en seco por Putin, quien le espetó: “no
estamos hablando de eso, sólo se trata de reconocer su independencia”.
Después de escuchar
a los miembros del Consejo de Seguridad, el mandatario ruso se tomó unas horas
para reflexionar su decisión, anunciada en mensaje televisivo a la nación la
noche de ayer, aunque circulan rumores de que firmó los decretos del
reconocimiento por la mañana, después de la primera reunión.
“Considero
necesario tomar una decisión que desde hace tiempo caía por su propio peso:
reconocer de inmediato la independencia y la soberanía de la República Popular
de Donietsk y de la República Popular de Lugansk”, dijo Putin antes de estampar
su firma en los tratados de amistad y asistencia mutua con los dirigentes de esas
regiones separatistas Denis Pushilin, de Donietsk, y Leonid Pasechnik, de
Lugansk, ambos trajeados y felices en un salón del Kremlin.
Tras decir que
“Ucrania para nosotros no es sólo un país vecino. Es una parte integral de
nuestra propia historia, cultura, espacio espiritual”, Putin arremetió contra
todos, empezando con el líder de la revolución bolchevique, Vladimir Lenin,
quien, según él, “encabezó el golpe de Estado de Octubre” y creó la actual
“Ucrania artificial” dándole territorios que pertenecían al imperio zarista.
No escatimó
críticas contra los gobernantes de la época soviética, como Nikita Jruschov,
quien “regaló Crimea”, contra los distintos presidentes de Ucrania, “corruptos,
que arruinaron ese país”, contra el “régimen ucranio que dio un golpe de Estado
en 2014 y lleva a cabo un genocidio de la población de origen ruso”.
El titular del
Kremlin responsabilizó a Estados Unidos de la actual crisis y afirmó que “no
quiere satisfacer nuestras exigencias en materia de seguridad y sólo pretende contener
a nuestro país”.
Ante el envío de
tropas rusas al este de Ucrania, Putin conminó de inmediato a “poner fin a sus
ataques” a “aquellos que usurparon el poder y gobiernan en Kiev”.
“En caso contrario
–advirtió el mandatario ruso–, toda la responsabilidad por la posible
continuación del derramamiento de sangre recaerá por completo sobre la
conciencia del régimen de Ucrania”.
El presidente
Vladimir Putin envió tropas a dos regiones controladas por rebeldes en el este
de Ucrania después de reconocerlas como estados independientes. Estados Unidos
acusó a Rusia de crear un pretexto para la guerra.