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La
nitidez de la imagen del JWST es tal que es posible identificar 17 anillos de
polvo expandidos por el Universo a lo largo de 150 años, explicó Joel Sánchez
Bermúdez, único mexicano en participar en esta colaboración internacional
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El
hallazgo, en el que participan 34 instituciones de ocho países, se publica hoy
en la revista Nature Astronomy
Ciudad de México, 12
de octubre. – Por primera vez se puede observar con gran nitidez una imagen
inédita de la producción de polvo por el choque de viento de dos estrellas
masivas, tomadas con el Telescopio Espacial James Webb.
El investigador
del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, Joel Sánchez Bermúdez, es el único
mexicano en participar en esta colaboración internacional, que agrupa a 32
investigadores de 34 instituciones de ocho países: Estados Unidos, Reino Unido,
Canadá, Australia, Francia, Alemania, Japón y México. El grupo científico está
encabezado por Ryan M. Lau, del NSF NOIR Lab, ubicado en Tucson Arizona, y
perteneciente a la National Science Foundation de Estados Unidos.
Las estrellas que
hay en el Universo tienen diferentes masas. Hay como el Sol, que son
relativamente pequeñas. Las que tienen al menos ocho veces la masa del Sol se
consideran estrellas masivas o de alta masa, detalló Sánchez Bermúdez.
“Estas estrellas
son muy importantes para la evolución química del Universo, porque generan la
mayoría de los elementos químicos pesados que existen, ya sea a lo largo de su
vida a través de su muerte en forma de explosiones de supernovas”, detalló.
Las masivas tienen
una característica particular: 90 por ciento están en sistemas múltiples o
binarios. Eso quiere decir que hay al menos dos estrellas orbitando una
alrededor de la otra, a diferencia de las de baja masa, como el Sol, en donde
la proporción de sistemas múltiples es menor.
“Cada una de las
estrellas masivas orbitando tiene un cierto viento estelar, que es básicamente
gas lanzado desde la fotosfera exterior de la estrella. Lo que puede ocurrir es
que, cuando un par de estrellas se encuentran cerca a lo largo de sus órbitas,
el viento de las mismas choca entre sí. En este choque de vientos es justamente
donde pueden ocurrir fenómenos muy interesantes, como la formación de polvo”,
explicó Sánchez Bermúdez.
El artículo -en el
que Sánchez Bermúdez es colaborador- es parte de un programa de Ciencia
Temprana con el Telescopio Espacial James Webb y se difunde hoy en la revista
Nature Astronomy. Las observaciones se obtuvieron en el infrarrojo medio con la
cámara MIRI del telescopio, la cual observa radiación entre cuatro y 12 micras.
“Estamos viendo
más de un siglo de producción de polvo en este sistema”, declaró a la NASA Ryan
Lau, astrónomo del NSF NOIR Lab y autor principal de este estudio.
“El estudio
también demuestra que el polvo formado por este tipo de sistemas binarios está
compuesto principalmente de granos de polvo de Carbono del tamaño de
nanómetros”, precisó Sánchez Bermúdez.
La imagen reafirma
el gran poder de observación del Telescopio Espacial James Webb. “También
ilustra qué tan sensitivo es el JWST. Antes de estas observaciones, solo éramos
capaces de ver dos anillos de polvo usando telescopios en Tierra. Ahora vemos
17”, añadió Ryan Lau a la NASA.
Sánchez Bermúdez
comentó que el proyecto es el primero de una serie de estudios de varios de
estos sistemas binarios de estrellas masivas que están interactuando. Para esto
hemos utilizado varias cámaras del Telescopio, en particular MIRI y NIRISS.