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En los jóvenes el tema de la autoimagen se
convierte en un factor social determinante para ser aceptados: Jacqueline
Cortés de la FM
Ciudad de México, 06 de octubre.
– Si tienes pánico a subir de peso, has realizado dietas muy restrictivas para
bajar algunos kilos, realizas ejercicio exagerado y te preocupas por el volumen
de tu cuerpo por miedo al rechazo social, es probable que estés ante las
primeras alertas de padecer algún Trastorno de la Conducta Alimentaria que
puede ocasionar serios problemas en tu salud física y mental.
De acuerdo con Jacqueline Cortés
Morelos, coordinadora de la Clínica del Programa de Salud Mental de la Facultad
de Medicina, las y los jóvenes, cuando entran a la etapa de la adolescencia,
tienen una gran necesidad de aceptación y experimentan un sentido de
pertenencia con su grupo de amigos, o sus pares; es entonces que el tema de la
autoimagen se convierte en un factor social determinante para ser aceptados y
buscan verse bellos y delgados.
Características
La especialista describió las
características de los principales trastornos alimentarios:
Anorexia nerviosa: se caracteriza
por el rechazo voluntario de la ingesta de alimentos y por una importante
pérdida de peso corporal que es más habitual en mujeres que en hombres.
Criterios diagnósticos: restricción de la ingesta alimentaria que da como
resultado un peso significativamente bajo.
En esos casos, explicó, los
pacientes tratan de no consumir alimentos que los suban de peso, pero al mismo
tiempo pierden nutrientes necesarios para una alimentación adecuada, como
carbohidratos, proteínas, lácteos, leguminosas, etcétera, y cuando los llegan a
consumir, tienden a asumir conductas compensatorias como el ejercicio en exceso
o los ayunos prolongados.
Se trata de un padecimiento
restrictivo cuyas consecuencias directas son la pérdida excesiva de peso, y en
el caso de las mujeres que llevan mucho tiempo con estas conductas llegan a
perder sus ciclos menstruales, además de que, al bajar sus defensas, aumenta el
riesgo de adquirir enfermedades infectocontagiosas, comprometiendo
drásticamente su estado de salud.
Bulimia nerviosa: se caracteriza
por episodios recurrentes de voracidad al consumir alimentos, seguidos por
conductas compensatorias inapropiadas como el vómito provocado; el abuso de
fármacos, laxantes y diuréticos y otros medicamentos, además del ayuno o el
ejercicio excesivo.
En este padecimiento, apuntó, se
presentan los llamados atracones, que son periodos de al menos dos horas en
donde la persona come en exceso, pierde el control para detener la ingesta y
llega el momento en que, es tal la cantidad de alimento que ha consumido, que
vomita intencionalmente, tanto para evitar subir de peso como para subsanar el
sentimiento de culpa. En este caso, contrario a lo que los pacientes creen en
el sentido de que no aumentarán de peso porque ya vomitaron, lo cierto es que
el cuerpo de las personas cuando cometen este tipo de atracones absorbe hasta
70 por ciento de lo que ya consumieron, y muchas veces terminan con un
sobrepeso significativo.
Trastorno por atracón: se manifiesta en episodios recurrentes de comida excesiva y pueden comer más rápido de lo normal hasta estar incómodamente llenos, comer cantidades exageradas sin tener hambre, comer a solas por pena, y sentir mucha culpa, coraje o tristeza después del atracón, se sienten muy mal emocionalmente y tienen episodios de depresión.
En esos casos, precisó Jacqueline
Cortés, las personas comen mucho más rápido de lo normal, como desesperadas,
comen y comen como si no hubiera un mañana, hasta que se sienten satisfechos.
“Tienden a ser personas que comen solas, se esconden por la vergüenza de que
los demás observen la cantidad de alimentos que consumen; tienen casi siempre
mucha hambre y sienten mucha angustia porque saben que se están haciendo daño.
Estos padecimientos también se acompañan de trastornos de ansiedad y de
depresión”, comentó la investigadora.
“Hay un riesgo adicional cuando
se consumen sustancias para reducir el apetito y bajar de peso, como las
anfetaminas, que, además de causar adicción, generan más problemas a nivel
emocional aumentando el sufrimiento de las personas y su mala calidad de vida,
que si se conjunta con trastornos graves de ansiedad y depresión, pueden
derivar en conductas suicidas.
Por último, la especialista hizo
un llamado a las y los jóvenes para que estén atentos ante la posible aparición
de los primeros síntomas y no duden en solicitar ayuda profesional
especializada. En todo caso, dijo, el tema del sobrepeso en la mayoría de los
casos podrá resolverse con una alimentación adecuada y saludable, de
preferencia con la supervisión de un nutriólogo o nutrióloga, además de que se
debe trabajar muy fuerte en el tema de la autoestima, para que la complexión de
nuestros cuerpos no sea un factor para encajar o no con los amigos, en el
trabajo o en la escuela.