Aunque se asuma
que la pandemia va a terminar, lo importante es que no deben abandonarse las
medidas de seguridad y se tiene que insistir en la vacunación: Alejandro Sánchez del IBt
El 26 de
septiembre pasado, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), pidió desde la tribuna de dicha
institución reforzar cinco puntos para evitar que la pandemia retorne y el
mundo pueda recuperarse de la actual crisis: “Promover la salud. Proporcionar
salud. Proteger la salud. Potenciar la salud. Y actuar por la salud”.
Es un mensaje con
el que coincide Alejandro Sánchez Flores, investigador del Instituto de
Biotecnología (IBt) de la UNAM, quien recalcó en entrevista que no es momento
de bajar la guardia y descuidar las medidas que han permitido reducir la
propagación del virus.
“Por el momento,
la incidencia de casos va a la baja. La pandemia como tal no ha terminado,
porque en el mundo sigue habiendo lugares con alta incidencia de casos,
surgimiento de nuevas variantes y, sobre todo, un buen porcentaje de la
población que aún no tiene ni una dosis de la vacuna”, subrayó el especialista
universitario.
A lo anterior
agregó: “Aunque se asuma que la pandemia va a terminar, el mensaje importante
es que no deben abandonarse las medidas de seguridad que se tienen e insistir
en la vacunación, en especial los refuerzos”.
Es un punto en el
que también ha insistido la OMS, ya que, por ejemplo, diversas naciones del
continente africano –particularmente los siete de la región del Cuerno de
África– no sólo se enfrentan actualmente a la pandemia, sino también a una
crisis alimentaria sin precedentes. Más de 80 millones de personas en dicha
zona padecen inseguridad alimentaria.
“Debido a los
conflictos, los cambios climáticos y la pandemia de la Covid-19, esta región se
ha convertido en un foco de hambre con consecuencias desastrosas para la salud
y la vida de sus habitantes. La Organización Mundial de la Salud espera que la
comunidad internacional apoye nuestro trabajo sobre el terreno para responder a
esta doble amenaza, proporcionando tratamiento a las personas desnutridas y protegiéndolas
contra las enfermedades infecciosas”, se alertó en un comunicado acerca del
tema.
En el orbe sigue
habiendo lugares con alta incidencia de casos, surgimiento de nuevas variantes
y, sobre todo, un buen porcentaje de la población que aún no tiene ni una dosis
de alguna inmunización.
Ver los
estragos
El responsable de
la Unidad Universitaria de Secuenciación Masiva y Bioinformática del IBt
consideró que si bien los casos han descendido y los síntomas han perdido
potencia ante la vacunación, autoridades y población en general deben
mantenerse centrados en combatir los estragos a largo plazo causados por la
Covid-19.
“A pesar de que
los casos descienden y los síntomas son menores dada la vacunación, el problema
son los síntomas poscovid que son muy variables, pero por lo regular, van a
generar una carga al sistema de salud y una discapacidad en la población
humana. Será complicado en los siguientes años y posiblemente tanto la calidad
y la esperanza de vida vayan a bajar. Finalmente, todo esto a reserva de que no
surja otra nueva variante que escape a la respuesta adquirida por las vacunas”,
advirtió.
Sánchez Flores
comentó que igualmente es indispensable mantener el plan de vacunación, el cual
tiene que cubrir a todos en el orbe para aumentar la protección contra la
enfermedad y sus posibles variantes.
“Se tiene que
crear una estrategia de vacunación que cubra a la población mundial y aplicar
los refuerzos bivalentes que incluyen la protección contra los sublinajes de
ómicron (BA.4/BA.5). La periodicidad dependerá en parte del grupo de estudio,
en el que los mayores de 50 años tendrán que recibir dosis más periódicas (cada
4-6 meses posiblemente) y los otros rangos de edad se podrían postergar. Sin
embargo, en este caso lo ideal sería hacerlo todos de manera sincrónica”,
finalizó.