En febrero de 1975, durante su viaje a México, la reina Isabel II realizó una visita fugaz a la ciudad de Guanajuato, en donde recorrió sitios icónicos de la capital.
Fue un 26 de febrero, de ese mismo año, que la reina arribó en tren a Guanajuato junto con el duque de Edimburgo Felipe, donde ya los esperaban alrededor de 20 mil personas para presenciar a la realeza.
El primer punto fue el Pípila donde, desde el mirador, pudieron observar de manera general la ciudad, así como la Valenciana, Mellado y Rayas.
Después, tomaron un Dodge Monaco, un vehículo de lujo en esa época, que los transportaría por la panorámica y los túneles para llegar al centro al segundo punto del recorrido, el Teatro Juárez.
En ese sitio ya aguardaban 5 mil personas, expectantes de ver a la reina, una visita que no sucedía a menudo en el Estado.
Más tarde llegaron a la Alhóndiga de Granaditas, donde la monarca escuchó la historia de ese sitio por parte del maestro José Chávez Morado; posteriormente, firmó el libro de visitantes distinguidos.
La estudiantina de la Universidad de Guanajuato, así como la rondalla Santa Fe fueron los encargados de recibirlos en la escalinata de la universidad.
El recorrido siguió por el mercado Hidalgo. Los locatarios, felices por la visita, les regalaron a la reina y el duque, fresas, zarapes, cajeta, cobijas y todo tipo de obsequios.
La visita concluyó con una comida en la Hacienda de San Gabriel. En este sitio, uno de los jardines cambió su nombre por “El jardín de la reina” en honor a su visita.
Alrededor de las 3 de la tarde, los monarcas fueron llevados al antiguo aeropuerto de San Carlos, en León, para continuar con su gira por el país.
