Cd. de México (15 febrero 2022).- A decir de Julio Frenk Mora, presidente de la
Universidad de Miami, en Estados Unidos, la pandemia del Covid-19 no debe verse
como generador de cambio en el campo educativo, sino como catalizador de la
revolución tecnológica existente.
«La educación superior en México y en todo el mundo
venía experimentando transformaciones muy importantes antes de la pandemia,
(…) pero la pandemia ha acelerado esos cambios», afirmó el directivo
durante la Cátedra Prima «La universidad del mañana en un mundo post
Covid-19» celebrada en el marco del 60 aniversario de la Universidad La
Salle.
Para Frenk Mora, quien años atrás se desempeñó como
Secretario de Salud en México, las principales modificaciones se hallan en tres
campos: en las ciencias del aprendizaje, en la tecnología y en el mercado
laboral, siendo este último un aspecto a destacar por el reto de actualización
profesional al que se enfrentarán los futuros egresados.
«La generación que inicia hoy su educación superior
(…) va a egresar al mercado laboral más dinámico en la historia de la
humanidad», explicó.
«Durante el tiempo que los estudiantes están dentro de
la universidad, se crean nuevas profesiones y las existentes se transforman de
manera radical, de manera que por definición es imposible que durante el tiempo
que estamos como alumnos en una universidad aprendamos todo lo que necesitamos
para desempeñarnos en nuestra vida laboral y profesional».
Por ello, Frenk Mora sugiere plantear dos nuevas dimensiones
de una estrategia educativa, una correspondiente a la instrucción y otra a la
institución.
En la primera, se presentan tres cambios estratégicos
fundamentales: el cambio de un sistema cerrado por uno de arquitectura abierta
donde los alumnos conciban su papel como aprendices mientras las universidades proporcionan
servicios educativos capaces de satisfacer las necesidades de su estudiantado;
la complementación de una experiencia estandarizada por un sistema que dé
respuesta a las necesidades educativas de las personas durante sus distintas
etapas de vida, y la asimilación del concepto aprendizaje de por vida.
Esto permitirá el rediseño educativo con base en el
desarrollo de competencias cognitivas complejas, técnicas y comunes para la
vida, tales como comunicación, deliberación ética, reflexión, apreciación de
perspectivas distintas y el desacuerdo respetuoso.
«Hay una serie de conocimientos fundamentales para
entender el mundo en el que vivimos que todo mundo, no importa en qué se
especialice, debe de dominar», aclara.
«No se trata de que todo mundo piense y hable igual,
(…) sino de celebrar la diversidad de pensamiento y de aprender a debatir y
estar en desacuerdo respetuoso».
En opinión de Frenk Mora, lo anterior se complementará con
una educación interdisciplinaria, flexible, modular, mixta, activa,
interactiva, personalizada y transformativa.
En este sentido, también externó la necesidad de formar
líderes capaces de comprender el contexto social donde realizan su práctica, de
conjugar su labor profesional con educación continua y de establecer diálogo
con otras generaciones.
En lo relativo a la institución, Frenk Mora considera
relevante que cada casa de estudios detalle su identidad, su misión y valores,
que se rediseñe el claustro docente en pro de la innovación y que se amplíen
las credenciales y certificaciones disponibles.
«Debemos repensar esa función de certificación con
mecanismos de garantía de calidad, porque el mercado de trabajo necesita esa
certificación», aclaró.