Nallely Hernández

Agencia Reforma

Ciudad de México 16 diciembre 2024.- La siembra de trigo en el País en el último trimestre estará menguada por falta de apoyos y carencia de agua, lo que anticipa un escenario «catastrófico» para la producción del grano, de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercado Agrícolas (GCMA).

La superficie sembrada en este último trimestre del año en el País caería 47.6 por ciento, pasando de 436 mil 835 a 228 mil 713 hectáreas.

Según productores, debido a la falta de agua y de apoyos públicos, para este ciclo agrícola donde la siembra es entre octubre y diciembre, en Sonora — la principal entidad productora del País–, la superficie de trigo sembrada bajaría 83.9 por ciento, de 248 mil 122 hectáreas en el ciclo pasado hasta 40 mil ahora.

Juan Carlos Anaya, director general del GCMA, advirtió que los agricultores prefirieron no arriesgarse ante las adversidades, y tendrían una pérdida económica, solo en Sonora de cerca de 15 mil millones de pesos en toda la cadena productiva.

«En el tema del trigo, Sonora va a entrar en un estado de emergencia, no hay agua.

«Ahorita, el Gobierno debería tener un programa de emergencia de qué se va hacer para activar la economía agropecuaria de Sonora; no van a sembrar porque no hay agua», advirtió el especialista.

Con datos a la primera semana de diciembre, entre las nueve presas de uso agrícola de Sonora se promedia una capacidad de agua almacenada de 17.7 por ciento, el nivel más bajo en el País.

Rogelio García Moreno, vicepresidente agrícola del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), coincidió con la estimación de que más de 200 mil hectáreas de trigo dejarán de sembrarse en esta temporada, registrando quizá únicamente unas 40 mil hectáreas y, en el mejor de los casos, unas 79 mil, lo que se reflejará en un menor abasto en la cosecha del próximo año.

El impacto económico será principalmente para los productores, pero se extiende a los trilladores, almacenes, transportistas y demás integrantes de la cadena.

Bajo este escenario, para 2025, México alcanzaría una importación récord de trigo, especialmente cristalino, el que se siembra en Sonora, Sinaloa y Baja California, y es empleado en alimentos como pastas.

Más de la mitad de la demanda de granos en el País se importa, y en el caso del trigo este escenario es todavía más complejo, pues sólo se cubre 35 por ciento de la demanda.

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