La coreógrafa Isabel Beteta lanza una mirada sarcástica a la
gran dependencia del celular, la tentación de revisarlo a cada momento y el no
ser capaces de dejarlo a un lado ni siquiera en una conversación cara a cara.
Lo hace en Mi vida en mis manos, pieza que alude al dispositivo
como deposito de nuestra existencia. «(El
celular) es el medio de estar en el mundo», expone en entrevista Beteta,
quien creó la obra para su compañía Los Corpógrafos, con cinco piezas
musicales, con atmósferas de la calle y un restaurante.
En la pieza, tres parejas llegan a comer a un restaurante, pero son incapaces
de soltar el celular a pesar de estar frente a frente, e incluso, al bailar un
tango, intenta checar el teléfono por encima del hombro.
Beteta optó por un vestuario «un tanto acartonado» en blanco y azul
para los bailarines de la compañía, que formalizó en 2021.
Mi vida en mis manos se estrenó este viernes dentro del ciclo Danza
X la Libre.
El programa contempló, además, Transparencia, inspirada en la obra
de Marcos Kurtycz; «un estudio de dimensiones, de profundidad, a través de
muros transparentes y juegos de luces», y la obra De la sombra al
cuerpo, a partir de pensar en el grupo de Los Corpógrafos como trazos, y
que comienza con unos costales iluminados por dentro que sólo dejan ver partes
del cuerpo como si fueran trazos en tinta china.
«Es la línea que estoy buscando trabajar con esta compañía», expone
la coreógrafa.
Beteta tiene una reputación de promover entre sus bailarines un fuerte
entrenamiento. «Eso te da una seguridad corporal para un desempeño
escénico en el que ya te dedicas a meterte en el papel, en el caso de que haya
un personaje, o ser muy preciso en el movimiento».
Y también su interés por experimentar exige a sus intérpretes contar con la
musculatura necesaria.
La compañía dará otras dos funciones este sábado, a las 19:00 horas, y el
domingo, a las 18:00, en Los Talleres (Francisco Sosa 29, Coyoacán).