El
Presidente Andrés Manuel López Obrador se ha reunido varias veces con CEOs y
ejecutivos de Estados Unidos en Palacio Nacional, donde pocos empresarios
españoles han sido recibidos.
A pesar de que España es la segunda fuente de
inversión extranjera en México, luego de Estados Unidos, las puertas de Palacio
no han estado del todo abiertas para recibir a los empresarios de ese país.
Entre finales de mayo y principios de este mes, López Obrador encabezó
personalmente una serie de reuniones con representantes de 16 empresas de Estados Unidos que tienen inversiones en México o
que están interesados en tenerlas.
La presencia de los CEO y otros ejecutivos fue notoria en las oficinas
presidenciales, ya que siempre estuvieron acompañados por el Embajador
estadounidense Ken Salazar y fueron atendidos por media
docena de funcionarios federales de los sectores energéticos y del transporte.
En contraste, pocos empresarios españoles han llegado hasta el despacho de
López Obrador, quien sólo acostumbra a hacer referencia a las compañías de esa
nación cuando las pone como ejemplo de corrupción, conflicto de interés,
tráfico de influencias, contratos abusivos o prácticas fraudulentas.
De acuerdo con la Cámara Española de Comercio (Camescom),
en 2021, las empresas de ese país invirtieron unos 76 mil millones de dólares
en México. Además, 6 mil 500 compañías operan en territorio nacional.
A pesar de la importancia económica y de los históricos vínculos entre ambos
países, en febrero de este año, el Presidente declaró «una pausa» en
la relación entre el Gobierno de México y la iniciativa privada española.
«Ahora no es buena la relación. Nos va a convenir a los mexicanos y a los
españoles hacer una pausa. Era un contubernio arriba, en la cúpula de los
Gobiernos de México y España, tres
sexenios seguidos. México llevaba la peor parte», acusó entonces.
«Vamos a darnos tiempo para respetarnos y no nos vean como tierra de
conquista; sí queremos tener relaciones con los gobiernos de todo el mundo,
pero no queremos que nos roben».
El Jefe del Ejecutivo ha utilizado sus conferencias matutinas para arremeter
contra empresas del sector energético como Iberdrola y Repsol, pero también contra otras, como la
constructora OHL o medios de comunicación,
como el periódico El País.
Él mismo reveló que, en septiembre de 2020, recibió a directivos de Iberdrola,
para ofrecerles una revisión de los contratos firmados con Gobiernos
anteriores.
Sin embargo, reconoció que aprovechó el encuentro para reprochar a los
ejecutivos el haber ofendido al pueblo mexicano con la contratación del ex
Presidente Felipe Calderón como su consejero.
«Esto es una ofensa para el pueblo de México, puede ser legal, pero es
completamente inmoral», soltó.
«Estamos hablando con todas las empresas que antes venían y pensaban que
México era tierra de conquista, que lo que no podían hacer en su país, podían
hacerlo aquí; que aquí podían utilizarnos como basurero y todo lo resolvían con
sobornos».
¿Con
la banca sí?
A pesar de las tensiones, Ana Botín,
presidenta de Santander, sí ha sido recibida por López Obrador
y en mucho mejores términos.
La banquera se ha reunido con el tabasqueño en cuatro ocasiones, la primera, se
concretó en octubre de 2018, cuando aún era Presidente electo.
Posteriormente, sostuvo conversaciones con el Mandatario en abril y noviembre
de 2019 y, recientemente, en abril de este año.
«Llevamos muy buena relación con Ana Botín», ha
dicho el tabasqueño.
Apenas el 30 de mayo, Héctor Grisi,
director de Santander México, fue visto
saliendo de Palacio Nacional, acompañado de algunos abogados cercanos al
Mandatario federal, como Javier Quijano.
En junio de 2019, López Obrador se reunió con Carlos Torres Vila,
presidente global de BBVA.
Según el Mandatario, el banquero informó sobre la inversión por 3 mil millones
de dólares que la institución financiera haría en el País a lo largo de este
sexenio.