Un grupo de mujeres escribió una poderosa historia de manera
silenciosa.
Entre la oscuridad de la Santa Inquisición crearon una red de apoyo para alzar
la voz en un tiempo en el que no estaba permitido. Entre la discreción y la
solidaridad, este grupo de viudas pudo sostener el incipiente mundo de la
imprenta en la Nueva España, pero también fue capaz de aferrarse al amor por
los libros y el conocimiento, que entonces era un arma prohibida para las
mujeres.
La historia de Paula de Benavides, Catalina del Valle, María de Sansorie,
Gerónima Gutiérrez, Ana de Herrera, María de Espinosa, Inés Vázquez Infante e
Isabel Quiroz, se relata en la novela La Cofradía de las Viudas (Martínez
Roca, 2022), una novela de Mónica Hernández, inspirada en hechos reales
ocurridos durante la primera mitad del siglo 17.
Para Hernández era fundamental contar esta hazaña
prácticamente desconocida para los libros de historia en México.
«Lo que me interesaba era encontrar la manera de relatar que efectivamente
estas mujeres hicieron historia de una manera tan callada que hoy no se conoce,
debieron ser increíblemente discretas, porque era una época en que las mujeres
no podían hablar, pero podían actuar por debajo del agua.
«A mí me gustaba imaginar que podían hacerlo unidas encontrando un vínculo
que les conviniera a todas, ésta es una historia de supervivencia, sobre lo que
hay que hacer para conseguir el poder y mantenerlo», resalta la también
columnista y autora de la novela Las Perlas Malditas del Almirante.
«Me motivo contar que estas mujeres sí existieron, que tuvieron una lucha
que nadie conoce, quería desempolvarlas y provocar que a través de esta novela
se genere más investigación sobre estas impresoras que fueron las que
permitieron que hoy tengamos imprenta», completa.
Hernández expresa que la aventura de estas mujeres fue impresionante.
Mantuvieron en secreto la impresión cuando el Santo Oficio lo prohibía, incluso
Paula de Benavides pudo sostener este peligroso oficio y heredarlo a sus
descendientes hasta el siglo 18.
«La industria editorial en la Colonia se mantuvo gracias a ellas,
curiosamente la mayoría era viudas, aunque había impresores, la mayoría de los
que mantuvieron a flote la imprenta y desarrollaron la industria editorial en
la Nueva España fue un grupo de viudas.
«Durante más de 45 años, Paula fundó una dinastía de impresores que además
se prolongó hasta finales del siglo 18, me parece que ella es una de las
protagonistas y me pareció importante porque encontró la manera de desarrollar
su labor, ella tuvo cinco hijos, que fueron religiosos y los puso a cada uno en
las órdenes religiosas más importantes de la época», narra la autora.
La Cofradía de las Viudas está ya en los estantes de las librerías.