El consejo de una
amiga de sentarse en la parte cercana a la puerta de un furgón de tráiler pudo
haberle salvado la vida a Yenifer Yulisa Cardona Tomás,
sobreviviente de la tragedia de San Antonio, Texas, donde murieron 53 migrantes tras
viajar en un tráiler que fue abandonado.
Fue el 27 de junio
cuando Cardona, de 20 años, subió al vehículo.
«Yo le dije a
una amiga que no nos metiéramos hasta el fondo y nos quedamos al principio, en
el mismo lugar, sin movernos», relató a la AP vía telefónica desde el
hospital donde se encuentra.
Recuerda que poco
a poco iba recostándose en alguien y no supo más
«Luego
desperté en el hospital», dijo.
Al entrar al
tráiler los «coyotes» les quitaron a sus teléfonos celulares y
rociaron con especias, ella cree que era consomé de pollo, el piso del furgón
para que los perros no detectaran a los migrantes. «Eso picaba mucho en el
cuerpo», dijo.
Cardona afirmó que
habían unas 70 personas y que mientras la gente iba sintiendo el calor se
aglomeraban a la salida del tráiler, justo donde ella se había quedado.
Mientras el
tráiler iba en movimiento hizo paradas adicionales para recoger más migrantes.
«La gente
estaba gritando, algunos lloraban. Sobre todos las mujeres pedían que se
detuviera y abrieran las puertas porque el camión estaba caliente y no podían
respirar», recordó.
Según Cardona,
alguien que asume que era el conductor les respondió que pronto llegarían.
«Quedan 20
minutos, seis minutos», dijo de acuerdo con Cardona, quién está internada
en el Hospital Metodista Metropolitano, en San Antonio.
«La gente
pedía agua. A algunos se les terminó. Otros sí cargaban», recordó la joven
que llevaba internada durante ocho días.
El conductor y
otras tres personas fueron arrestadas y acusadas por la muerte de los migrantes
por fiscales estadounidenses.
La Cancillería
guatemalteca ha dicho que son 20 los migrantes guatemaltecos fallecidos en el
incidente y que se ha identificado a 16 de ellos, mientras otros cuatro esperan
su identificación.
Cardona le había
contado a sus padres que quería irse a trabajar a Estados Unidos tras graduarse
de secretaria, pero estaba sin trabajo, recuerda su papá, Mynor Cardona.
El padre de la
joven pagó 4 mil dólares a un coyote para que su hija llegara a su destino en
Carolina del Norte. Salió de Guatemala el 30 de mayo viajando en autos y
camiones antes de subirse al tráiler.
«No sabía que
viajaría en el tráiler. Ella nos dijo que sería a pie, parece que fue en el
último momento que los traficantes decidieron subirla al furgón, junto con dos
amigas más, quienes sobrevivieron. Una de ellas aún está en estado
crítico», relató su padre.
Cardona cruzó
finalmente el Río Bravo pocos días antes de la tragedia y estuvo encerrada en
una bodega dentro de territorio estadounidense. El último mensaje llegó a sus
padres a las 10:28 del lunes. «En una hora vamos a salir», decía.
Los padres se
enteraron de la tragedia hasta a las 9 de la noche del mismo lunes, pero no
supieron nada de su hija sino hasta el miércoles 29 de junio, cuando familiares
en Estados Unidos recibieron la noticia y comunicaron a sus padres que Yenifer
estaba viva en el hospital.
«Lloramos
tanto, incluso yo estaba pensando ya donde la íbamos a velar y a enterrar. Ella
es un milagro», dijo su padre.
El Canciller Mario
Búcaro dijo que esperan que la repatriación de los primero cuerpos ocurra esta
misma semana.