El escultor mexicano Javier Marín presenta en la explanada
del Museo Nacional de Corea Chalchihuites, una obra contemporánea
en la que resuena la cultura de los mexicas, huéspedes del recinto de Seúl a
través de la exposición Aztecas: El pueblo que movió al sol.
El día de su inauguración, el pasado 2 de mayo, esta muestra agotó las entradas
del mes, pero la pieza de Marín, instalada el 24 de junio, no requiere boleto
para apreciarla, sino curiosidad y capacidad de asombro.
«Es muy diferente ver una pieza en un espacio cerrado o
en un espacio museístico que verla en tus recorridos habituales o en una plaza
abierta donde vas a caminar, a disfrutar del aire libre y de repente la
encuentras. Esto da la oportunidad que no tienes quizás en un museo, de
alejarte todo lo que quieras, voltear a otro lado: regresar», señala el
artista en entrevista.
Y añade: «Esa mirada que completa mi obra, sin ser experta, sin que
necesariamente esté en la situación de contemplar o cuestionarse, esa mirada
muy de paso me interesa muchísimo».
«Chalchíhuitl», vocablo náhuatl que designa una piedra preciosa,
evoca también la vida y el agua, y remite además al ciclo, al círculo.
La obra de Marín, que abreva de la raíz mexica en esta propuesta, consta de dos
aros monumentales de cinco metros de diámetro, hechos con fragmentos de sus
propias esculturas, ensambladas con alambres.
«Tomo mi trabajo anterior, tal cual está, con moldes ya no en buen estado,
copias (de resina) que no son lo impecable que fueron, y estas piezas
fragmentadas las vuelvo a juntar para generar un nuevo discurso y una nueva
forma. Hago una revisión de mi trabajo: me da la oportunidad de tener una
panorámica de lo que he hecho como escultor», explica sobre estos
«ciclos» que exploran a la vez el legado mexica.
Con fragmentos de sus obras previas el escultor también produjo la pieza En
blanco, expuesta en 2004 en Venecia, y una columna que recuerda al artista,
«toda proporción guardada», a la de Trajano, el emperador de Roma
cuyas hazañas, escenificadas en relieve, revisten una antigua columna.
Chalchihuites, que ha sido presentada en ciudades como Madrid, Holanda,
Bélgica y Luxemburgo, marca el retorno de Marín al continente asiático, después
de haber obtenido el Primer Premio en la Tercera Bienal Internacional de
Beijing y de su participación en la exposición colectiva Tesoros del
arte mundial del Museo de Arte China en Shanghai en 2012.
Permanecerá en la explanada del Museo Nacional de Corea hasta el 28 de agosto.