Los reclamos de los habitantes de Paraíso, Tabasco, contra la Refinería
Olmeca de Dos Bocas ya brotaron, principalmente en la Colonia
Lázaro Cárdenas, muy cerca de la planta.
Don Alfredo tiene a 10 metros de su casa la barda
perimetral, junto a un árbol de mango, que se salvó de ser talado.
«Tenemos tres grandes
problemas, uno, la Refinería causó un gran tapón al agua que tenía su cauce natural hacia el mar y la zona de cocotales. Con la
barda cortaron el dren y ahora cuando hay una lluvia nos inundamos, el agua ha llegado a las rodillas y ha efectuado muebles y refrigeradores», lamentó el vecino, quien tiene 20 años habitando en esa
colonia.
«El segundo problema es
el ruido, cuando hacen las pruebas, las máquinas, el ruido es insoportable, y el tercero la contaminación, nos estamos ya metiendo el humo de los químicos, los solventes, imagina un anafre, al prenderlo
el humo viene hacia uno porque las corrientes de aire provienen del mar, pues
es lo que ocurre con la Refinería, ya estamos respirando los químicos«, añadió.
El ex petrolero colocó una lona en su patio para evitar que
el polvo de la obra se impregne en la ropa que está
en el tendedero o se vaya al interior de su casa.
«La vida nos cambió para mal con esta obra, ahí donde están los patios
nosotros hacíamos nuestros pollos asados, teníamos ahí una hamaca, la pura naturaleza, y los de Pemex o la Secretaría de Energía no se
han presentado con nosotros para darnos la atención sobre las afectaciones, nada», reprochó.
En esta colonia al menos 30 vecinos ya dejaron sus viviendas y ahora las venden o las rentan.
Como Alfredo, doña Amalia barre de manera constante su patio para quitar
el polvo químico que proviene de la Refinería.
«Es la Refinería de mi
paisano (el Presidente Andrés Manuel López Obrador), lo queremos mucho, pero vaya que si nos afectó
esto, cae y cae el polvo, nunca se acaba, y eso que aún no empieza a
operar, con las pruebas de la Refinería también hay
muchos apagones, o baja el voltaje». lamentó.
La señora de 67 años advirtió que el olor del agua estancada
también comienza a ser un tema de salud.
«Tengo 30 años viviendo
aquí y nunca nos habíamos inundado con una lluvia, el agua se nos regresa», narró.
Se trata al menos once manzanas de esta colonia con unos 300
domicilios que están en riesgo
de inundación a partir de la obra.
En la evaluación de impacto social elaborado por el Instituto
Mexicano del Petróleo el 1 de marzo de 2019, Martha
Ángeles Raygadas, gerente de Administración y Proyectos Estratégicos, indicó a la Secretaría de Energía que el núcleo abarca a la
población de Torno Largo al oriente y las colonias Empleados de Confianza de
Pemex, Lázaro Cárdenas, El Limón, El Limoncito y Villa Ceiba Puerto al sur del
proyecto.
A metros de la Refinería también se encuentra el Jardín de
Niños «Agustín Melgar», la Escuela Primaria «Abias Domínguez Alejandro» y un deportivo para petroleros, que sólo ocupan, por
ahora, unas estudiantes para entrenar voleibol y unos jubilados para jugar
béisbol.
«Hay un abandono a las instalaciones de Pemex, los trabajadores sindicalizados estuvimos fuera
de la Refinería, y ahora también en las instalaciones que nos corresponde por contrato, hay molestia contra Pemex», reclamó Pedro Moreno un jubilado de la Sección 50.
Con la creación de la Terminal Marítima de Dos Bocas, la Colonia Lázaro Cárdenas comenzó a edificarse para los
trabajadores de Pemex en los años 80.
Sin embargo, las viviendas fueron construidas a 3 kilómetros
de esa planta.
«Aquí estamos a 50
metros de la Refinería, recibiendo todo el polvo, vea las calles, los vehículos, siempre
empolvados, esta parte como que no se pensó debidamente y es algo que debe
considerarse, aquí el problema es que aunque existen comités vecinales, no se empuja una denuncia seria por miedo a las autoridades, muchos
son ex petroleros, temen perder sus propiedades, o no sé, pero eso nos tiene
afectados a todos, porque no nos unimos para exigir que nos mitiguen los daños», expuso otro vecino, cuya vivienda se ubica a unos pasos de
la Puerta 1 del nuevo complejo petrolero.