La rivalidad que Red Bull y Ferrari protagonizan en este 2022
eleva el espectáculo de la Fórmula Uno.
Que más de un piloto sea candidato al título es lo que hace impredecible cada
Gran Premio, pues las posibilidades de que Max Verstappen, Charles Leclerc,
Sergio Pérez o Carlos Sainz Jr. ganen, son las mismas.
Sin embargo, cuando la lucha también se traslada al interior de las escuderías
se pueden esperar grandes batallas.
Cuando la paz dentro del garage llega a su fin, los jefes deben estar
preparados para mediar las peleas y gastar millones de dólares para reparar los
autos cuando el toque entre sus conductores sea inevitable.
Los enfrentamientos entre coequiperos no siempre son agresivos, todo depende de
la personalidad de los involucrados. Por ejemplo, en Red Bull tienen a dos
contendientes por la corona de este año, Verstappen y Checo.
Ambos pilotos han asegurado que hay una sana rivalidad y que antes de los intereses
individuales están los del equipo, así que no se esperan choques o
«sabotajes» entre ellos.
Lo cierto es que los aficionados de ambos bandos juegan un papel importante en
la naciente confrontación al crear rumores sobre un posible complot en contra
del mexicano por parte de la escudería austriaca.
Hay otros enfrentamientos que dejan secuelas como los de Nelson Piquet y Nigel
Mansell, con Williams, en 1986 y 1987; los de Ayrton Senna y Alain Prost, con
McLaren, en 1988 y 1989, y los más recientes entre Lewis Hamilton y Fernando
Alonso, con McLaren, en 2007; Sebastian Vettel y Mark Webber, en Red Bull,
durante 4 años, y otra más entre Hamilton con Nico Rosberg con Mercedes, de
2013 a 2016.
PÉREZ VS. VERSTAPPEN
En casi dos años en el mismo equipo, Max Verstappen y Sergio Pérez sólo han
tenido una pelea indirecta y por la radio.
En el GP de España de este año, Red Bull le dio la orden al mexicano de dejar
pasar al neerlandés exponiendo un mejor ritmo en el monoplaza del vigente
campeón de la F1, lo cual era cierto.
Si bien el piloto tapatío no estuvo de acuerdo con la decisión y la tachó de
injusta, accedió.
HAMILTON VS. ROSBERG
Para conseguir un campeonato de la F1 hay que hacer sacrificios, así que a
Lewis Hamilton y a Nico Rosberg no les importó acabar con su amistad.
Se conocían desde los karts, pasaron por la GP2 y llegaron juntos a la máxima
categoría del automovilismo, hasta que en 2013 coincidieron en Mercedes.
En 2014, la bomba estalló en el GP de Mónaco, cuando el alemán se quedó con la
pole gracias a una maniobra controvertida.
VETTEL VS. WEBBER
El dominio que Red Bull impuso en el Gran Circo de 2010 a 2013 se debió a la
dupla explosiva de Sebastian Vettel y Mark Webber.
El respeto que ambos se tenían se fue a la basura cuando el equipo de las
bebidas energéticas optó por darle la preferencia al alemán.
El joven piloto deseaba ganar a como diera lugar y sin respetar las órdenes de
equipo. El resultado: cuatro títulos al hilo de Vettel.
HAMILTON VS. ALONSO
McLaren, que contaba con un bicampeón del mundo en Fernando Alonso y un joven
piloto como Lewis Hamilton que sorprendió desde su primera carrera, aspiraba a
los Campeonatos de Pilotos y de Constructores en 2007, sin embargo, la tóxica
relación les hizo perder ventaja, dejándole el camino libre a Kimi Räikkönen y
a Ferrari.
Los de Woking se quedaron sin puntos como equipo al descubrirse que espiaban a
la Scuderia.
SENNA VS. PROST
Desde 1988, Ayrton Senna y Alain Prost, con McLaren, no pararon de pelear
siempre por la supremacía del equipo.
Primero, el brasileño ganó el título en 1988 y, un año después, en Suzuka,
penúltima carrera del calendario, el francés se fue contra Senna en la chicana
ocasionando que ambos salieran de la pista, no obstante, el brasileño se
reintegró y terminó. Con todo y abandono, Prost se coronó en esa campaña.
MANSELL VS. PIQUET
Nelson Piquet asumió el papel de líder en 1986 cuando se integró a Williams,
pero lo que el brasileño no se esperaba era que Nigel Mansell le ocasionara
tantos dolores de cabeza.
Al final de esa temporada, el británico quedó en segundo lugar y el
sudamericano en tercero del campeonato.
En 1987, la guerra continuó, pero ahora fue Piquet quien se coronó por cuarta
ocasión, dejando a Mansell en segundo.