La
tenista mexicana Fernanda Contreras Gómez no ha despertado del sueño de
calificar al cuadro principal de Wimbledon.
Pese a tener los ojos bien abiertos, la mejor singlista del País no se explica
cómo rompió una racha de 26 años sin una tenista mexicana en el Grand Slam
británico ni cómo se convirtió en la tercera en llegar en la Era Abierta,
después de Elena Subirats (1968) y Angélica Gavaldón (1990, 1993, 1994, 1995 y
1996).
«Es un sueño; sigo soñando», declaró Fernanda en entrevista con
CANCHA desde Londres, Inglaterra.
Pero, este sueño es nítido y lúcido: es una experiencia real, no un producto de
su imaginación. Ayer triunfó en la Tercera Ronda del torneo clasificatorio ante
la húngara Timea Babos, 294 del mundo, por 6-3, 1-6 y 6-3, en una hora y 31
minutos.
Hace un mes, la 157 del mundo, competía en el cuadro principal de Roland
Garros. Nunca antes había jugado en pasto y en una semana arrasó de nuevo desde
la qualy a su segundo Grand Slam de la temporada, la única mexicana en activo
en hacerlo.
El
primer día de competencia, martes 21 de junio, vivió un pequeño susto: la ropa
que usaba debajo de la playera era gris, no blanca, como el único color
tradicional que permite el torneo, entonces recibió una llamada de atención,
pero no tenía otro cambio. La organización le advirtió que si ganaba para su
segundo partido, tenía que regirse con el protocolo de vestimenta.
«Son muy estrictos en Wimbledon con todo lo que tienes que usar»,
contó.
A sus 24 años esta temporada ha sido un viaje para Fernanda hacia el despertar.
¿Qué significa Wimbledon?
«Estoy muy emocionada y feliz de la vida, igual que en Roland Garros,
estoy teniendo un Déjà vu».
¿Cómo describes esta semana?
«Estaba feliz de ganar mi Primera Ronda (ante Tena Lukas), muerta de
felicidad de ganar mi Segunda Ronda (Jamie Loeb) y hoy fue una combinación de
pura felicidad, un poco de nervios que es normal. Timea (Babos) tuvo un gran
torneo y quiero felicitarla. Es padrísima la experiencia, es un sueño, sigo
soñando».
¿Te afecta que este año Wimbledon no otorgue puntos?
«A mí no me afecta mucho que no dan puntos, porque no me enfoco en eso, me
enfoco más en trabajar mis partidos, en la experiencia, en vivir cada momento
al 100 por ciento en lugar de los puntos. Tener puntos es algo bueno, pero no
está en mi control, tenemos que seguir disfrutando y enfocarnos en lo que sí se
puede controlar, como la actitud, el esfuerzo y a seguir trabajando».
¿Cómo es jugar en este pasto?
«Es pasto como salir al parque, yo no me la creía, es pasto como el que
hay en la casa y juegas con tus perros, a mí me gustó porque cuando me lastimé
el año pasado hice mucho ejercicio corriendo con mis perros y lanzándoles
bolas, se sentía así como estar en el parque».
¿Cambia tu juego entre la arcilla y el pasto?
«Tienes que cambiar mucho tu juego, tienes que ser más agresiva y estar
muy doblada porque de la nada viene la bola y se muere y en arcilla no, bota y
se sube; aquí haces una dejadita y la bola no se mueve, tienes que hacer las
cosas muy intensas, tienes que estar muy alerta».
Aprende lección: ‘son estrictos’
A Fernanda le bastó un día para adaptarse a las estrictas reglas de Wimbledon.
El código de vestimenta dicta que el color blanco es el único permitido por la
organización y la tenista mexicana vivió su primera anécdota con humor.
«Llego a la cancha y me dicen: ‘¿Tienes algo blanco que te pongas abajo de
la playera?’ Y yo tenía algo gris. Me dijeron que si ganaba estaba bien, pero
me lo tenía que cambiar y que tenía que cortar el short. Son muy estrictos, no
me dejaron ponerle cinta, después el partido estuvo muy interesante, el pasto y
todo estuvo genial», contó Fernanda vía telefónica entre risas.
«Me caí en la muerte súbita, es típico, no puede haber un Grand Slam sin
que yo me caiga en la muerte súbita del primer partido, porque también me caí
en Roland Garros. Estuvo buenísimo».
‘Hermoso torneo’
Angélica Gavaldón describe Wimbledon como el torneo más prestigioso de los
cuatro Grandes.
La ex tenista mexicana fue la última jugadora retirada en competir en el tercer
Grand Slam de la temporada, en 1996, donde llegó hasta la Primera Ronda.
«Recuerdo Wimbledon como un torneo muy tradicional, muy diferente a todos,
es un torneo hermoso y de mucho prestigio, y todas las jugadoras sueñan con
llegar ahí. Era una experiencia diferente a jugar los otros Grand Slams.
«Tienen muchas reglas, en los entrenamientos siempre tienes que estar
vestida de blanco, recuerdo muy bien que en mi época, cuando jugaba Mónica
Seles, que la sacaron de la cancha porque traía una camiseta amarilla. Abren
las canchas un día antes de que empieza el torneo, los demás días entrenas un
poco afuera de las instalaciones», contó Gavaldón vía telefónica desde
Boston.
El triunfo que más recuerda en el All England Club fue contra Iva Majoli,
campeona de Roland Garros 1997 y quien llegó a los Cuartos de Final de
Wimbledon en esa edición, durante un torneo que nació hace 145 años, en 1877 y
que 7 años después, en 1884, abrió la categoría femenil.
«Todas las jugadoras son diferentes, siempre hay expectativas y presión
por fuera y Fernanda lo maneja muy bien. Como jugadora sentía presión de tratar
de tener buenos resultados, no tanto de lo que la gente esperaba de mí, pero no
quería decepcionar a mi entrenador o a mis papás.
«Las expectativas más grandes eran las que me ponía a mí. Es un deporte difícil,
pero cuando estás en ese nivel vas preparada mentalmente», confesó la
ahora entrenadora en Coronado, California.
@YGayossoCANCHA