A una semana
de la gran inauguración del proyecto insignia de refinería de
petróleo del Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, los costos se han salido de control hasta alcanzar los
18 mil millones de dólares, más del doble del presupuesto original.
El valor de los contratos para obras de construcción hasta 2024 firmados por la Secretaría de Energía de México aumentó a más de
14 mil millones en mayo, y es probable que el monto final
oscile entre los 16 mil millones y 18 mil millones de dólares, según
personas con conocimiento del tema, quienes solicitaron no ser identificadas
porque no están autorizadas a hablar públicamente sobre el proyecto de
Petróleos Mexicanos.
Representantes de Pemex, la Secretaría de Energía y el
presidente López Obrador no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Dada la inflación vertiginosa, es probable que los sobrecostos continúen,
lo que socava las promesas de austeridad de AMLO.
La situación también genera dudas sobre si Pemex será capaz de cumplir con su
objetivo de producir toda su gasolina, dado lo crucial que resulta ser la
refinería para los esfuerzos de la petrolera estatal para terminar con la
dependencia de las importaciones de combustible.
La refinería tendrá capacidad para procesar 340 mil barriles diarios
de crudo, lo que sumaría cerca de 20 por ciento a la actual capacidad de
refinación en México. Los críticos ya cuestionaban la capacidad de Pemex para
aumentar la producción de combustible dada la disminución de la producción de
petróleo para sus refinerías, la falta de mantenimiento de las plantas y su
enorme carga de deuda, la mayor entre las grandes petroleras.
AMLO se comprometió a construir la instalación en su estado natal de Tabasco
como parte de una campaña para devolver a Pemex su antigua gloria y hacer que
México sea autosuficiente en combustible. La megarrefinería, conocida
como Dos Bocas, pero oficialmente llamada Olmeca, se inaugurará el 1 de julio en
un evento al que asistirán AMLO, el director general de Pemex, Octavio Romero
Oropeza, y Rocío Nahle.
En 2019, el presupuesto inicial del proyecto era de 8 mil millones
de dólares cuando se propuso. Desde un inicio, los contratistas
internacionales consideraron que el presupuesto era caro, negándose muchos de
ellos a participar en su construcción en ese momento. Como resultado, AMLO
encargó a la empresa estatal de petróleo y a la Secretaría de Energía de México
que completaran el trabajo dentro de un ambicioso plazo de tres años.
Después de la pandemia, los costos aumentaron considerablemente debido a una
serie de nuevos contratos para cumplir con la fecha límite de finalización de
la construcción en julio para que lograra alcanzar la producción total en seis
meses. La cantidad de contratos contabilizados por Pemex aumentó de alrededor
de 100 a unos 270, dijo una de las personas.