El Presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó que los
Consejeros de la Judicatura Federal (CJF), entre quienes figuran tres
personajes cercanos a él, no hayan estado «a la altura» ante casos de
corrupción dentro del Poder Judicial, pues ya debieron haber destituido a
varios jueces.
En conferencia matutina, el Mandatario federal fue
cuestionado sobre si presentaría una iniciativa para terminar con la corrupción
en el Poder Judicial y contestó que desde tiempo atrás se introdujo una
corriente muy conservadora y al mismo tiempo muy corrupta.
«Sí hay jueces buenos y magistrados y ministros, pero
estos jueces corruptos, que los hay, hay que tenerlos a raya, y buscar que
funcione el Consejo de la Judicatura, que con todo mi cariño para ellos, porque
hay gente ahí que estimo mucho, no han estado a la altura de las
circunstancias, les ha faltado», expresó.
El CJF tiene siete integrantes: el ministro Arturo Zaldívar,
quien funge como presidente, y los consejeros Jorge Antonio Cruz Ramos,
Alejandro Sergio González Bernabé, Sergio Javier Molina Martínez, Loretta
Ortiz, Eva Verónica de Gyvés y Bernardo Bátiz.
Ortiz y De Gyvés fueron designadas por el Senado a propuesta
de Morena. Ninguna provino de la carrera judicial federal y ambas son cercanas
al Mandatario.
Bátiz, quien fue Procurador capitalino durante el periodo de
López Obrador en la CDMX, fue designado directamente por el Presidente.
El tabasqueño puso de ejemplo al juez Juan Pablo Gómez
Fierro, quien a su consideración, amparó a una empresa eléctrica sin ningún
fundamento.
«Hace unos días de detuvo a una persona con todas las
pruebas y un juez en Sinaloa lo dejó en libertad y es lo mismo de siempre, se
integró mal el expediente, pusieron que lo detuvieron a las 10:30 y no, la
detención fue a las 10:05. Y con eso afuera.
«Pero al mismo tiempo tenemos información de que
recibieron dinero y ya nada más le buscaron, eso se tiene que seguir
combatiendo, acabar con esa corrupción y me costa que el presidente de la Corte
quiere que se termine con la corrupción, pero están muy arraigados esos vicios
que tienen que ver con el régimen».
Sobre el reciente asesinato de dos religiosos Jesuitas, López
Obrador recordó que entre autoridades y criminales existen vínculos de
corrupción de tiempo atrás y que es por eso que suceden casos de este tipo al
ser tolerados.
«Esto de la sierra de Chihuahua que duele tanto, esto no
surgió de ahora, viene de tiempo atrás, cuando existía un contubernio completo
entre las autoridades y la delincuencia, o el señor este, ¿acaba de empezar su
carrera delictiva? No y seguramente fue tolerado.
«Esto lo saben bien los jesuitas, y lo saben muy bien
los que viven en Urique y los que viven en Chinipas, y Creel, saben
perfectamente, en Batopilas, Morelos, saben perfectamente cómo se fue creando
toda esta organización y el contubernio con autoridades, entonces es un
proceso, se va avanzando mucho pero falta», concluyó el Presidente.