«Después de la cárcel, ya qué miedo puedo tener. Sólo
que se les vaya un balazo…»
José Manuel del Río Virgen cerraba su mensaje cobijado por los nueve grupos
parlamentarios del Senado. Se dijo creyente de la «justicia divina»,
pero culpó al Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García (Morena), de que esa
bala pudiera impactar en él.
Tuvo que ocurrir que la sevicia de Cuitláhuac se ensañara en la figura del
papanteco Del Río Virgen, al que mantuvo secuestrado durante 178 días en el
penal de Pacho Viejo –acusado con dolo de un crimen que no cometió– para que
el Senado cerrara filas y obsequiara un manifiesto respaldo al secretario
técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
José Manuel del Río Virgen hasta fue destapado por el senador Eduardo Ramírez
Aguilar. «Hay momentos en la vida en que hay que tomar decisiones. Creo
que ha llegado tu momento de tomar una decisión importante para Veracruz. Una
definición que debes asumir y que está esperando», lo punzó el chiapaneco.
Vestido con traje azul y corbata mamey, el funcionario contó que la panista
Josefina Vázquez Mota le envió una imagen religiosa; el emecista Dante Delgado,
su paisano y amigo, un rostro en miniatura de Cristo «para que me cuidara
y me protegiera»; y el morenista Ricardo Monreal, devoto del Santo Niño de
Atocha, una Virgen de Guadalupe el día en que fue encarcelado, a fines de
diciembre, para que se encomendara a ella.
«Estas tres cosas no me las quitaron, afortunadamente, y esa es la
justicia divina, pero la justicia legal me la dio el Poder Judicial de la
Federación: mi inocencia», detalló Del Río.
Una veintena de senadores había recibido de pie y con aplausos al secretario
técnico. Las más de las voces hicieron suyo el agravio cometido en contra de
uno de los suyos.
–Nos dimos cuenta de que te queremos, Del Río. De aquí al Gobierno de
Veracruz, prorrumpió la panista Xóchitl Gálvez.
–Yo te amo, devolvió la flor el aludido mientras recibía abrazos de los
senadores.
Sentado a la derecha de Monreal, en su carácter de secretario técnico, Del Río
dio la palabra al zacatecano. El presidente de la Jucopo abrió con una cita de
Camus: «Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad,
fracasa en todo… Pero no, nosotros no hemos fracasado: aquí está hoy de nuevo
entre nosotros, nuestro querido amigo y compañero de trabajo, José Manuel Río.
«Este México, el de la injustificable prisión para una persona inocente,
no es lo que queremos: queremos un país de leyes, en el que prevalezcan los
derechos humanos, la justicia, la legalidad. El Estado de derecho»,
resumió Monreal.
El ambiente en esa sala de trabajo estaba impregnado por un sentimiento de
encono contra el Gobernador de Veracruz y contra la figura de prisión
preventiva oficiosa.
Dante Delgado, quien exigió al Presidente López Obrador una «amplia
disculpa» en su mañanera para su paisano, no escatimó en calificativos en
contra de Cuitláhuac: un «sinvergüenza», «mequetrefe» y
«fascineroroso investido de poder». Líder nacional del movimiento
naranja, Delgado reclamó del Senado una investigación del caso.
Por el grupo plural, Emilio Álvarez Icaza aseguró que estaban ante «un
caso paradigmático de lo que se conoce administración de venganza».
«Desde la primera revisión que pudimos hacer de esa orden de aprehensión,
amañada, llena de vicios, advertimos que no había un solo elemento de
prueba», recordó el perredista Miguel Ángel Mancera.
La petista Geovanna Bañuelos sentenció: «Del Río Virgen es inocente.
Cumplió seis meses encarcelado, como preso político por caprichos personales;
por la mezquindad de torcer la ley, por utilizar las instituciones públicas.
Del Río Virgen es inocente».
«Se están fabricando culpables», protestó el priista Miguel Ángel
Osorio Chong. «Las cárceles de Veracruz están llenas de inocentes por la
arbitrariedad, la intolerencia, por el Gobierno autoritario que existe hoy en
Veracruz con Cuitláhuac García al frente».
La panista Josefina Vázquez Mota dijo que, después de haber sufrido persecución
polítca en carne propia, podía entender el «sufrimiento y
desasogiego» que resintió Del Río Virgen.
Beatriz Paredes Rangel, del PRI, propuso desarrollar una «reflexión de
orden jurídico» para hacer del Senado «una institución del no
retroceso en la justicia.
José Manuel Del Río Virgen retomó su chamba. De buen humor, preguntó al
secretario administrativo, Mauricio Farah, si se le había descontado su sueldo.