DESPLAZAN VIOLENCIA Y GUERRA A 100 MILLONES EN EL MUNDO

DESPLAZAN VIOLENCIA Y GUERRA A 100 MILLONES EN EL MUNDO

Por situaciones de conflicto, persecución, violencia y violaciones a los derechos humanos, a finales de 2021 había casi 90 millones de personas en el mundo que se vieron obligadas a dejar sus hogares, informó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cifra que actualmente rebasa los 100 millones al tomar en cuenta a los ucranianos expulsados por la guerra.

«El número de personas que se han desplazado de manera forzada en los últimos 10 años se ha duplicado. Si tomáramos en este momento todas las personas que están en desplazamiento forzado sería el catorceavo país del mundo en cuanto a población», dijo Giovanni Lepri, representante de la Agencia en México, en entrevista con REFORMA.

«Es la primera vez en la historia, desde que empezamos a llevar un registro, que llegamos a 100 millones. El informe habla de casi 90 millones, pero eso era antes de la guerra en Ucrania, entonces ya hemos superado esta cifra».

Según el informe de la ACNUR «Tendencias Globales de Desplazamiento Forzado en 2021», el número de personas en esta situación llegó en 2021 a 89.3 millones comparado con los 82.4 millones de 2020. 

Al igual que hace dos años, 60 por ciento son personas en situación de desplazamiento interno, lo que significa que dejaron sus hogares pero no salieron de su país, mientras que 30 por ciento sí huyó de su país en calidad de refugiados y 5 por ciento solicitó asilo en otra nación.

México quedó ubicado como el tercer país -después de Estados Unidos y Alemania- con mayor número de nuevas solicitudes de asilo al registrar 132 mil 400, más del triple que la cifra de 2020 cuando fueron 41 mil 200. Costa Rica, en tanto, quedó como la cuarta nación, con 108 mil 500, seguida de Francia.

Se trata de un importante giro respecto a 2020 cuando las cinco naciones con más solicitudes de asilo fueron Estados Unidos, Alemania, España, Francia y Perú.

A decir de Lepri, es una clara muestra de que ha crecido la situación de inestabilidad en América llevando a que más personas busquen protección en países como México.

En el caso de Costa Rica, por ejemplo, recibe un importante número de solicitudes de asilo por parte de nicaragüenses que huyen del clima de represión y persecución bajo el Gobierno del Presidente Daniel Ortega.

En el caso de los venezolanos, la cifra de éstos en calidad de refugiados aumentó al pasar de 3.9 millones en 2020 a 4.4 millones en 2021, muchos de los cuales, dijo Lepri, han llegado a México.

Venezuela se posicionó nuevamente como el segundo mayor expulsor de refugiados después de Siria. A la nación caribeña le siguieron Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar, al igual que en 2020. Sin embargo, para 2022 se prevé que los ucranianos encabecen la lista. Al día de hoy se reportan más de 6 millones de personas que han dejado su país en medio de la guerra que lanzó Rusia el pasado 24 de febrero y otros 7 millones desplazados internos.

Ante esta tendencia al alza, la ACNUR pide a la comunidad internacional tomar acciones y redoblar los esfuerzos para compartir las responsabilidades y hallar soluciones duraderas que puedan revertir la tendencia actual reduciendo significativamente los niveles de desplazamiento.

«Cada año de la última década, los números han aumentado. Lo que viene después está en nuestras manos, o tomamos medidas para abordar esta desesperación humana o seguimos corriendo hacia nuevos y terribles hitos», subrayó la agencia en su informe.

«En el reporte del año pasado, la ACNUR predijo que ‘la cuestión ya no es si el desplazamiento forzado rebasará las 100 millones de personas, sino cuándo’. El cuándo es ahora. Con millones de ucranianos desplazados al momento de redactar este informe junto con mayor desplazamiento a lo largo del año en otros lugares, especialmente en Burkina Faso y Myanmar, el desplazamiento forzado ahora excede los 100 millones».

Panorama desalentador


Cuestionado sobre si el impacto internacional de la guerra, por ejemplo en cuanto a una crisis alimentaria provocada por ésta, pudiera generar mayor migración, el representante de la ACNUR en México dijo que el panorama «no es muy alentador».

«La previsión no es positiva, creo», respondió.

«Estamos saliendo con altibajos de la crisis provocada por el Covid-19, la cual tiene unos efectos de largo plazo, y se está sumando ahora a este tema la potencial crisis alimentaria. Entonces sí creo que vamos a seguir viendo poblaciones forzadas en movilidad por causas de violencia y por causas de otra naturaleza».

De acuerdo con Lepri, las causas del desplazamiento forzado en el mundo son conflictos, persecución, guerra y violencia generalizada, pero el representante llamó a poner especial atención a los efectos del calentamiento global.

El 78 por ciento de los nuevos refugiados y solicitantes de asilo en 2021, dijo, salió de países donde hay una alta afectación por el cambio climático.

México, en situación difícil


La tendencia al alza de solicitudes de asilo que recibe México de personas desplazadas por conflictos en otros países podría mantenerse este año e incluso llegar a las 140 mil, consideró el representante de la ACNUR.

Se trata, a decir de Lepri, de una situación complicada.

«México se encontró frente a una situación difícil, porque en 2017, México registró poco más de 14 mil solicitudes de asilo, y este año probablemente llegaremos a las 140 mil, eso sólo en pocos años, en 2018 fueron poco más de 29 mil», explicó.

A decir del representante, hay un tema de desafío estructural, y México requiere incrementar su capacidad de recepción de los solicitantes de asilo con un sistema que pueda tanto analizar las peticiones como adjudicar la protección de manera justa y eficiente.

«Decidir quién sí necesita y quién no protección y después encaminarlo en un proceso de integración», precisó.

Entre las recomendaciones que la ACNUR da está el aumentar el presupuesto a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

«Hoy vemos que la Comar tiene un presupuesto muy bajo, y entendemos que hay una política de austeridad, que hay una política de disminuir los gastos públicos, pero cuando una institución se encuentra con tener que aumentar su capacidad de respuesta, pues si tiene muy pocos recursos es muy difícil poderlo hacer», agregó.

 

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