Ex presidentes del PRI pidieron ayer a Alejandro Moreno, en
distintos tonos, su renuncia a la dirigencia nacional para evitar un desastre
mayor tras la derrota electoral del pasado 5 de junio.
Aferrado a la silla, Alejandro Moreno los desafió. Dijo que
no dejará el cargo hasta el 19 de agosto de 2023 y, presionado por los
cuestionamientos, prometió que ya no buscará la candidatura a la Presidencia de
la República.
La reunión fue tensa. Al final del encuentro, el campechano
les pidió a sus antecesores tomarse una foto y emitir un comunicado conjunto,
pero rotundamente le negaron el gesto.
Roberto Madrazo, quien había sido el principal promotor de la
carrera política de Alito; César Camacho, presidente del PRI durante el sexenio
de Enrique Peña, y Claudia Ruiz Massieu, quien entregó la dirigencia al
campechano tras la derrota de 2018, fueron explícitos al solicitarle que
renunciara a su cargo.
También lo urgió Miguel Ángel Osorio Chong, senador y ex
Secretario de Gobernación el sexenio pasado.
En la conversación,
por momentos ríspida, los ex presidentes le plantearon que su capacidad de
acción quedará muy limitada, dados los resultados electorales y el creciente
descontento interno por su gestión, misma que calificaron de excluyente.
Una de las críticas más severas fue el control que mantiene
en la Cámara de Diputados, el Comité Ejecutivo y las dirigencias estatales sin
dar lugar a la participación de otras expresiones del partido.
Le dijeron que la revelación de la llamada con el senador
Manuel Velasco había agravado su desgaste público.
Rubén Moreira y José Antonio González Fernández trataron de
salir al quite y pidieron darle oportunidad a Moreno para emprender un proceso
de reflexión política con la militancia.
Al encuentro también acudieron las ex presidentas Dulce María
Sauri, Beatriz Paredes y Carolina Monroy, y los ex dirigentes Manlio Fabio
Beltrones, Humberto Roque, Pedro Joaquín Coldwell y Jorge de la Vega Domínguez