Las batallas internas en Red Bull no volverán a repetirse…
por ahora.
Con el mensaje emitido de «Sin pelear» en la radio de Checo Pérez en
el pasado GP de Azerbaiyán, el equipo de las bebidas energéticas dejó en claro
que el objetivo de este 2022 es el Campeonato de Constructores y
para conseguirlo es necesario que exista armonía entre Max Verstappen y
Sergio Pérez.
Tomar partido por alguno de los pilotos podría desatar el caos que vivieron con
Verstappen y Daniel Ricciardo, así como con la dupla de Sebastian Vettel y Mark
Webber.
Aunque la escudería austriaca ha sido señalada por enfocarse y beneficiar al
campeón del mundo en algunas carreras, Christian Horner, jefe de Red Bull,
asegura que sus dos conductores tienen las mismas posibilidades de ir por el
título y que serán apoyados sin distinciones.
«Creo que Checo es un tipo maduro y tiene una visión más amplia y es un
campeonato largo. El 2018 no está muy lejos en el fondo de nuestras mentes;
entonces era muy importante que los pilotos en esta etapa del campeonato fueran
justos entre ellos porque la prioridad es maximizar los puntos contra
Ferrari», comentó el directivo tras conseguir el 1-2 en el GP de
Azerbaiyán.
Hace cuatro años, Ricciardo y Verstappen llevaron su rivalidad al límite, pues
el australiano no estaba dispuesto a caer ante su joven compañero.
Ese periodo de 2016 a 2018 fue un martirio para los pilotos por la
competitividad y el deseo de aplastarse en la qualy y en las carreras.
Si esa relación fue tóxica, la de Webber y Vettel fue superior, pues
compartieron los boxes de Red Bull de 2009 a 2013.
El joven alemán, a la postre cuatro veces campeón del mundo, incomodó con su
talento a un experimentado Mark, quien siempre expresó su descontento por la
preferencia evidente hacia su compañero.
Choque de titanes
En el GP de Azerbaiyán 2018, Daniel Ricciardo corría en
segundo detrás de Max Verstappen, así que el australiano intentó rebasarlo en
varias oportunidades.
Max no dejó espacio y frenó al final de la recta, por lo que Daniel estrelló su
monoplaza con el de su compañero y ninguno terminó la carrera a falta de 11
vueltas, de las 51 pactadas.
Otro conflicto se dio en en el GP de Hungría de 2017, cuando Ricciardo
clasificó sexto, detrás de Verstappen.
Al iniciar la prueba el australiano rebasó al neerlandés, sin embargo, antes de
completar la primera vuelta, Max pisó el acelerador para chocar con Daniel y
todo acabó.
Equipo en complicaciones
Los problemas dentro de Red Bull en la era de Sebastian Vettel
y Mark Webber iniciaron en el GP de Turquía 2010.
A Seb no le importó el daño que le pudieran causar a su equipo y sin ninguna
consideración sacó de la pista al australiano cuando intentaba pasarlo.
El desprecio y resentimiento que se tenían el uno al otro llegó a su fin en el
GP de Malasia 2013. La escudería ya había acordado que si Webber se mantenía en
la punta y Vettel atrás, se mantendrían las posiciones.
Seb rompió el trato y, en la última vuelta, superó al australiano para quedarse
con el triunfo. Semanas después, Webber dejó la F1.