ATLAS APRENDIÓ LA LECCIÓN

ATLAS APRENDIÓ LA LECCIÓN

Por Héctor Larios & Ernesto de la Rosa

Con méritos propios Atlas refrendó el título de campeón del futbol mexicano, en un duelo muy peleado con Pachuca, venció en el global 3 a 2, mantuvo su ventaja de 2 a 0 en el juego de ida y a pesar de caer 2 a 1 levantó la copa de Liga y además el trofeo de Campeón de Campeones, al obtener el bicampeonato.

La clave del campeonato fue haber aprendido la lección de la semifinal donde estuvo a punto de perder el boleto a la final frente a los Tigres.

Pachuca-Atlas, un juego muy peleado, ganó el que metió más goles, el equipo que tuvo mayor experiencia, disciplina y orden.

El técnico Diego Cocca hizo la tarea, estudió perfectamente a su rival y desarrolló el antídoto para anularlos lo que le dio mayores posibilidades de triunfo. Alineó a cuatro defensas centrales, dos volantes laterales, sus dos volantes de contención y dos puntas, es decir, defendió con ocho.

Al minuto 7, llegó el 1-0 de Pachuca que les dio mayor esperanza, sin embargo, los rojinegros sostuvieron su propuesta defensiva, creían en ella. Y cómo no si venían de ser campeones y un buen torneo con actuaciones similares.

Ganó la experiencia de, Santa María, Nervo, Aguilera, Reyes, Abella, Chalá, Rocha, Zaldívar, Quiñones, Furch y por supuesto Camilo Vargas que interpretaron muy bien la partitura del entrenador Diego Cocca, que encontró la fórmula para ganarle la partida al entrenador de Pachuca.

Al pasar los minutos la desesperación crecía hasta descomponer al equipo hidalguense con los cambios.

Los atlistas entendieron que Pachuca iría al frente, atacando por las bandas con Hurtado e Ibarra, además de los centros al área en busca de su goleador Ibañez, no estaban errados. Por eso, reforzaron su defensa por los costados y cerraron los espacios proponiendo un juego defensivo de esfuerzo y concentración donde sus delanteros Quiñones y Furch destacaron por su generosidad en el desgaste físico y aplicados al desdoble ofensivo que dio sus frutos cuando el rival iba al frente dejando espacios atrás.

El ajuste defensivo alcanzó para detener las ofensivas rivales que tuvieron mayor posesión del esférico, pero se le cerraron los espacios, las ideas y las variantes no llegaron. Pachuca no es Tigres, no cuenta con ese tipo de jugadores.

Atlas y su técnico están convencidos que su misión es ganar partidos con orden, disciplina y mucho esfuerzo, condiciones necesarias para una buena defensa. Y un trabajo eficiente y de calidad de todo el cuerpo técnico, preparador físico, auxiliares, médicos, masajista, utileros, nutriólogos y más… que tomarón en serio el reto del bicampeonato.

Atrás quedaron los tiempos de la Academia, del juego bonito, donde las antiguas crónicas se referían a ellos como los amigos del balón. Esta vieja filosofía cambió, hoy lo que importa es ganar partidos y campeonatos bajo la idea y pensamiento del técnico.

Diego Cocca, llegó al Atlas como jugador soñando, como lo hacemos todos, con ser campeón, para finalmente lograr su  años después como entrenador.

Felicidades Atlas.

 

 

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