Coronada como la Princesa Roja, Elena Poniatowska celebró sus
90 años en el Palacio de Bellas Artes.
Estuvo arropada por sus tres hijos y todos sus nietos, por sus amigos, pero
también por los políticos de la 4T, un movimiento al que ha acompañado; su
respaldo al Presidente Andrés Manuel López Obrador le ha valido la denostación
de opositores al tildarla de «fifí chaira».
«Gracias es una palabra muy bella y la digo desde el fondo de mi
corazón», pronunció Poniatowska, desde el escenario, vestida toda de
blanco, y entonces sonaron Las Mañanitas.
Una escritora que «está donde ocurre la tragedia para
escuchar», que se ha solidarizado con distintas causas: desde los
estudiantes y ferrocarrileros hasta los familiares de las personas
desaparecidas como la retrató su entrañable amiga Martha Lamas.
En El amante polaco, prosiguió la académica feminista, Poniatowska
admite no tener certeza alguna ni siquiera acerca de su propia obra y dice
«sentirse envuelta en un sudario de letritas y se pregunta ¿me han hecho
feliz? ¿hice a alguien feliz con ellas?».
Y entonces le respondió a nombre de sus lectores: «Sí, Elena, nos has
hecho felices a miles y también hemos sufrido y llorado con tus letritas».
Una «princesa del jitomate» a la que cantó la actriz Jesusa
Rodríguez, acompañada por Liliana Felipe: «Elenita solo hay una y
pertenece a nuestra era. Princesa del jitomate, emperatriz del maguey, condesa
del tepalcate».
El homenaje nacional en la sala principal del recinto de mármol reunió a tres
presidenciables: la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, el Secretario de
Gobernación Adán Augusto López y el Canciller Marcelo Ebrard. En representación
del Presidente acudió el periodista Jenaro Villamil, presidente del Sistema
Público de Radiodifusión.
Aunque solo Sheinbaum tomó la palabra, con La noche de Tlatelolco (1971),
la gran crónica de los sangrientos hechos del 68, «Elena se convirtió
entrañablemente en un símbolo». Resaltó el apoyo de Poniatowska al
movimiento que llevó a López Obrador a la Presidencia, «incluso en los
momentos más difíciles».
Poniatowska quiso que en su homenaje se hablara de los protagonistas de sus
crónicas y libros, y así fue, con lecturas y la dramatización de fragmentos
de La noche de Tlatelolco, Hasta no verte Jesús mío y Nada,
nadie las voces del temblor, a cargo de amigos de la escritora como el
científico Antonio Lazcano, la expresa política Ignacia Rodríguez «La
Nacha» y la periodista Blanche Petrich.
Ayer, día de su cumpleaños, sus lectores le agradecieron por «sus
letritas».
