En los primeros dos meses de este año, el gasto en
subsidios, transferencias y aportaciones del sector público fue de 172 mil 700
millones de pesos, monto 84 por ciento superior al destinado en inversión
física para el mismo periodo, advirtió México Evalúa.
De acuerdo con un análisis de la organización, se
trata de la mayor diferencia registrada al menos desde 2011.
Antes de 2015 el gasto en inversión física
-aquella enfocada en construir, conservar o adquirir bienes de capital para la
obra pública-, era superior a los subsidios, pero en 2020 esta proporción
cambió y el monto destinado a subsidios está ahora muy por arriba de la
inversión.
Lo anterior ocurrió a pesar del impulso a la
inversión que representan las obras emblemáticas de la actual Administración,
como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles o la refinería de
Dos Bocas
En el primer bimestre, la inversión física total
en el periodo referido fue de 94 mil millones de pesos, 9.6 por ciento superior
a la de igual periodo de 2021, pero 20 por ciento menor a la registrada en el
mismo bimestre de 2018, año a partir del cual comenzó a reducirse este gasto
Al cierre de febrero pasado, el gasto en subsidios
fue 13.1 por ciento superior respecto a un año atrás.
El incremento fue impulsado principalmente por un
mayor gasto en la categoría de Protección Social, es decir, en las pensiones
para adultos mayores, a donde se destinó 47 por ciento del total, menciona la
organización.
En contraste, para Salud apenas se usó 8 por
ciento y 2.6 por ciento para apoyos agropecuarios.
Para México Evalúa, el gasto se ha dado de manera
selectiva con fines políticos.
«El mayor gasto en subsidios que en inversión
implica que se construyan menos capacidades de desarrollo para el futuro.
Además, por la composición de los subsidios, no es un hecho que se esté dando
prioridad a las urgencias», sostiene.
Lo anterior queda evidenciado con datos que
muestran que al cierre del segundo mes del año los subsidios y transferencias
en educación cayeron 21 por ciento, los de vivienda 29 por ciento y los
agropecuarios 62 por ciento.
«Es decir, si los subsidios han aumentado, es
para concentrarlos en los programas prioritarios, con mayores réditos
políticos», asegura la organización.
Advierte que la planeación y ejecución del gasto
están cooptadas por los intereses políticos del Presidente, por lo que en las
prioridades del presupuesto no está el cumplimiento de los derechos ciudadanos.
Ayer, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE)
consideró que se debe mantener el subsidio a las gasolinas y diesel porque de
lo contrario el nivel inflacionario sería más preocupante.