RETRATA ‘SWALLOW’ A MUJERES SOMETIDAS

RETRATA ‘SWALLOW’ A MUJERES SOMETIDAS

Cuando era niño, el escritor y director Carlo Mirabella-Davis veía el trastorno obsesivo compulsivo de su abuela en torno a la limpieza.

La mujer barría y trapeaba cinco veces al día, limpiaba objetos en repetidas ocasiones y se aseaba constantemente sin razón aparente… lo cual inspiró al realizador para escribir y rodar su ópera prima, Swallow.

Conceptualizado en el género del suspenso, con notas de drama psicológico, el cineasta trabajó en el largometraje, que ya está en cartelera en México, el cual significó una prueba a su resistencia emocional y a sus cuestionamientos humanos.

«Mi abuela era una ama de casa que con el tiempo desarrolló una obsesión inesperada e irracional. Se acababa tres pastillas de jabón en uno o dos días, una botella o dos de alcohol para desinfectar por semana y creo que ella estaba buscando un orden en su vida que no sabía cómo manifestar.

«Cuando empecé a escribir, me di cuenta que lavarse las manos no es un tema muy cinematográfico y recordé que vi una imagen de alguien que en su estómago tenía muchos objetos, y me fascinó. Me intrigó qué lleva al paciente a hacer eso y encontré que es una patología poco hablada, pero muy necesaria de exponer», detalló el cineasta en entrevista desde Nueva York.

Esta obsesión la transportó a la patología llamada Pica, en la que un ser humano come objetos punzo-cortantes o no comestibles, con el propósito de autoflagelarse, lo cual sucede con Hunter (Haley Bennett), una joven esposa que ante la sociedad es feliz, pero va descubriendo que no tanto.

«Necesitábamos a una mujer que psicológicamente expusiera con empatía y atracción este problema. Y hay varias capas en la lectura. La primera es su sonrisa y su imagen pública. Otra máscara o capa es su dolor. La tercera es ella misma, lo que siente y lo que sabe. Y el rostro y la imagen de Haley era ideal», comentó el director.

Hunter radica a una mansión de cristal de Hudson Valley, la cual simboliza la prisión lujosa donde ella se afinca, atenida a los mandatos y situaciones de su joven marido, Richie Conrad (Austin Stowell).

«Él la percibe como un ornamento más de la casa, no le da su espacio, porque parece invisible. La hace visible hasta que tiene un problema y eso es lo que llega a lo absurdo y lamentable.

«Para él, ella es como un objeto que compra y casi casi tiene una calificación, como en Amazon. Y la percibe como ser humano hasta que se da cuenta lo que sucede con ella. Significa un inconveniente y es lo que sucede en las parejas, nunca sabes qué va a suceder», precisó Mirabella-Davis.

El padecimiento de Hunter le cae como bomba a su marido, ya que la salud mental ni siquiera era tema de conversación, sólo de condena, y eso desata una serie de conflictos con ella, los familiares y doctores que la atienden.

Sigue y seguirá siendo invisible, porque su opinión no importa.

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