Si
el mundo quiere evitar un desastre climático, es necesario que las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI) alcancen su punto más alto a más tardar en
2025. A partir de entonces, tendrían que reducirse casi a la mitad para 2030,
destaca el más reciente reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
«Si queremos limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados,
este es el momento. Es ahora o nunca. Sin una reducción inmediata y profunda de
las emisiones en todos los sectores, será imposible», alertó Jim Skea,
copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC.
Una vez que se alcancen las cero emisiones netas, la temperatura de la Tierra
comenzará a estabilizarse. Si el mundo apunta a limitar el calentamiento a 1.5
grados centígrados durante este siglo, se requiere lograr las cero emisiones
netas para 2050.
Si el objetivo es un calentamiento de 2 grados centígrados, se deben conseguir
las cero emisiones netas para 2070.
Así lo señala la contribución del Grupo de Trabajo III al Sexto Informe de
Evaluación (IE6) del IPCC, que aborda la mitigación del cambio climático, es
decir, cómo evitar y reducir las emisiones de GEI. Se basó en la revisión de
más de 18 mil documentos científicos.
António Guterres, Secretario General de la ONU, consideró al reporte como un
«registro de la vergüenza», pues da cuenta de las promesas vacías que
gobiernos y empresas realizan para combatir la crisis climática.
Al presentar el documento, advirtió que el mundo actualmente se encamina a un
desastre climático caracterizado por inundaciones, olas de calor, tormentas,
escasez de agua y la extinción de animales y plantas.
«Los gobiernos y empresas responsables de grandes emisiones no se limitan
a hacer caso omiso (a la ciencia), están echando más leña al fuego. Están
asfixiando nuestro planeta, movidos por intereses creados y sus inversiones
históricas en combustibles fósiles», denunció Guterres.
Hacer frente a la crisis climática requiere grandes transiciones en el sector
de la energía. Por ejemplo, reducir de manera sustancial el uso de combustibles
fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y usar
combustibles alternativos, como el hidrógeno.
Las políticas públicas correctas sumadas a infraestructura y tecnología que
permitan cambios de estilo de vida pueden reducir entre un 40 y un 70 por
ciento las emisiones de GEI para 2050, informó Priyadarshi Shukla, copresidente
del Grupo de Trabajo III.
Las ciudades pueden contribuir a disminuirlas a través de aminorar su consumo
de energía, electrificar el transporte público y ayudar a la naturaleza a
capturar y almacenar carbono.
La industria, responsable de un cuarto de las emisiones globales, tiene que
hacer más eficiente su uso de materiales, reusarlos y reciclarlos para
minimizar sus residuos. Algunos materiales básicos, como el acero y los
químicos, deberán transitar a procesos de elaboración de bajas o cero
emisiones.
«El cambio climático es el resultado de más de un siglo de uso de la
tierra y de la energía, de estilos de vida y de modalidades de consumo y
producción no sostenibles. Este informe demuestra que si adoptamos medidas
ahora, podremos avanzar hacia un mundo más justo y sostenible», aseguró
Skea en un comunicado.