Guanajuato, México(03 abril
2022).- «Si no puedo pintar ya no quiero vivir», le dijo Luis
Filcer a su esposa, Clara, después de haber sufrido un accidente que le
imposibilitó continuar con una labor artística de 70 años ininterrumpidos.
Así de apasionado fue el artista
de origen ucraniano, cuya familia debió huir de su patria a raíz de la
persecución a los judíos durante la guerra civil rusa que siguió a la
Revolución Bolchevique de 1917; él era apenas un bebé menor de un año cuando
arribaron a México para comenzar una nueva historia.
Como si el pasado cobrara vida en su pintura, Filcer asoma en la
exposición The Theater of Life, una colección inédita de cerca de 70
obras, entre piezas de gran formato, serigrafías, grabados y esculturas,
organizada por su hijastro Alex Slucki.
«Luis nunca fue de muchas palabras, pues se definía como un hombre de
imágenes, preocupado en que las personas entendieran la soledad, pero también
la alegría y el amor, para él la vida era como un gran teatro con luz y
sombra», compartió el escritor.
«Cuando él decidió ser pintor fue gracias a Van Gogh al leer Anhelo
de Vivir; también se identificó mucho con el sentido social de Goya, los
claroscuros de Rembrandt y el sentido del humor de Toulouse-Lautrec»,
explicó Slucki.
El estudio Core, espacio dirigido por Claudia Grajales en San Miguel de Allende,
Guanajuato, donde el pintor echó raíces, alberga la muestra que podrá visitarse
hasta el 15 de abril para admirar piezas como Esperando a Dios.