El jefe de la
diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, obtuvo de su aliado chino una reafirmación de
la amistad «ilimitada» de ambos países frente a Estados Unidos en su
visión de construir un nuevo orden mundial, durante su primera visita a este
país desde la invasión de Ucrania.
Ante la
resistencia ucraniana y el apoyo de occidente, que le impusieron sanciones sin
precedentes, Rusia solo puede apoyarse en la potencia china para escapar del
aislamiento económico total.
En
este contexto, Lavrov aprovechó un encuentro bilateral en el este de China con
su homólogo Wang Yi para anunciar el advenimiento de un nuevo orden mundial,
soñado por ambos países.
«Estamos
viviendo una etapa muy seria en la historia de las relaciones
internacionales», declaró, al inicio de una reunión bilateral con su
homólogo chino, Wang Yi.
«Estoy
convencido de que al final de esta etapa la situación internacional será mucho
más clara, y que nosotros, juntos con ustedes y con nuestros partidarios,
avanzaremos hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático», dijo
Lavrov al ministro chino.
En un
comunicado difundido por el gobierno ruso, los dos países anunciaron que
«continuarán profundizando la coordinación en política exterior» y
«ampliando la acción conjunta», pero sin anunciar medidas concretas
de apoyo de China a Rusia.
MALINFORMAN
A PUTIN
Las
agencias de inteligencia de EU han concluido que el presidente de Rusia,
Vladímir Putin, se siente engañado por sus asesores porque le están dando
«información errónea» acerca de la evolución de la guerra en Ucrania
y el efecto de las sanciones en la economía rusa.
«Tenemos
información de que Putin se ha sentido engañado por las Fuerzas Armadas rusas,
lo que ha resultado en una tensión persistente entre Putin y su liderazgo
militar», afirmó la directora de Comunicación de la Casa Blanca, Kate
Bedingfield, en una rueda de prensa.
La
funcionaria explicó que la comunidad de inteligencia de EU reveló información
que apunta a que Putin no sabía que sus militares habían estado sufriendo
fuertes pérdidas en el campo de batalla.
Funcionarios
de EU y de la Unión Europea agregaron que los asesores de Putin están demasiado
temerosos de decirle lo mal que va la guerra de Rusia en Ucrania y lo dañinas
que han sido las sanciones de las potencias occidentales.
Rusia
afirmó que no ve nada «prometedor» en las negociaciones de paz con
Ucrania, que la acusó de bombardear la periferia de Kiev, la ciudad de
Chernígov y un centro de la Cruz Roja en Mariúpol.
Las
fuerzas rusas bombardearon la periferia de Kiev un día después de que anunció
que reduciría sus operaciones en la zona, lo que Occidente consideró como una
táctica de reagrupación tras las grandes pérdidas sufridas.
El
gobierno ucraniano también denunció que los ocupantes bombardearon
deliberadamente un edificio del CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) en
Mariúpol, sin disponer aún de informes sobre eventuales víctimas.
En el
norte, Cherníguov fue «bombardeada durante toda la noche» y más de
100 mil personas estaban atrapadas con apenas alimentos y suministros médicos
para una semana. declaró por su parte el gobernador regional Viacheslav Chaus.
Las
fuerzas rusas también golpearon instalaciones industriales en el oeste de
Ucrania en tres ataques durante la noche, dijo un gobernador regional.
Sin
embargo, las fuerzas rusas comenzaron a retirarse de las instalaciones de la
extinta central nuclear de Chernóbil, tras tomar su control desde el primer día
de la invasión, el 24 de febrero, dijo un alto funcionario de Defensa de
Estados Unidos.
El
presidente de EU, Joe Biden y su par ucraniano, Volodimir Zelenski, hablaron
sobre capacidades militares «adicionales» necesarias para ayudar al
ejército de Ucrania, informó la Casa Blanca.
La
Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, aseguró que los bombardeos y los ataques indiscriminados de Rusia
contra zonas pobladas de Ucrania generan una «inmensa preocupación» y
podrían configurar «crímenes de guerra».