Con el periodo vacacional de Semana Santa en
puerta, los paisanos empezaron a regresar al País y nuevamente las autoridades
mexicanas que deben apoyar a los connacionales están siendo acusadas de
extorsionarlos.
Agentes del Instituto Nacional de Migración (INM)
en Nuevo Laredo exigieron 400 dólares por persona a 50 mexicanos que retornaban
en un autobús proveniente de Minnesota, denunció Rogelio Ávila, presidente de
la Asociación de Migrantes Mexicanos en Chicago.
Incluso, los paisanos que señalaron no traer esa
cantidad sufrieron revisiones corporales de los oficiales y hasta les quitaron
sus zapatos en la búsqueda de dólares, de acuerdo con testimonios en audio
compartidos por Ávila.
El integrante del Consejo Nacional de Legisladores
y Migrantes (Conalym) narró que la extorsión masiva ocurrió a las 22:30 horas
del pasado miércoles en la garita migratoria del kilómetro 26 de la carretera
Nuevo Laredo-Monterrey.
«De plano, no podemos con esos de
Migración», afirmó Ávila, que desde hace décadas denuncia los abusos
contra los paisanos.
«El autobús salió de Minnesota hacia
Guadalajara con jornaleros, trabajadores del campo que viajaron legalmente por
un programa mexicano», añadió.
Aunque el Gobierno federal aplaude en el discurso
a los mexicanos que residen en Estados Unidos y hasta cambió el programa
«Bienvenido, Paisano» por el de «Héroes Paisanos», las
malas prácticas persisten.
Ávila dijo que presentó una denuncia ante el INM,
pero fue ignorada.
El activista compartió audios de testimonios de
paisanos afectados, en los que se quejan de un agravamiento en el cobro de
moches, que antes eran de 50 dólares por persona y ahora llegan a 400 dólares.
«Jefe», dijo uno de los extorsionados a
Ávila, «estamos conscientes que esos cabrones (agentes del INM) están allí
por un dinero. Está bien, pero tanto no, le sacaron 400 dólares al
paisano».
El denunciante contó que hasta los zapatos
tuvieron que quitarse para demostrar que no traían más dinero y se quejó de que
los agentes se cubren sus identificaciones.
«Su dinerito lo había escondido abajo de los
zapatos y ese güey (el agente) hasta se lo sacó», dijo el paisano.
Ávila explicó que los paisanos ceden a la
extorsión porque los intimidan diciéndoles que el autobús seguirá su camino y
que a ellos los llevarán de regreso a la Aduana para aclarar la situación.